Una publicación en redes sociales que mostraba a una lechuza capturada y ofrecida a la venta en La Habana ha generado indignación y rechazo entre internautas y defensores de los animales.
El hecho ocurrió este martes, cuando un usuario identificado como Marlon Enmanuel Fernández compartió un reel en el grupo de Facebook “Alamar el barrio”, donde se observa al ave confinada dentro de una cubeta metálica, tapada con una tabla de madera.
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El video fue acompañado únicamente por las siglas “PV”, una abreviatura común entre cubanos en las redes sociales que significa “privado”, utilizada habitualmente por quienes realizan ventas informales en línea.
En los comentarios, el autor confirmó que pedía 20,000 pesos cubanos por la lechuza, aunque más tarde bajó el precio a 15,000 pesos.
La publicación provocó una oleada de críticas por parte de usuarios que denunciaron no solo la captura del ave en su hábitat natural, sino también las condiciones en las que estaba retenida.
Para muchos, el hecho constituye un acto evidente de maltrato animal y una muestra más del tráfico ilegal de especies silvestres en Cuba.
Entre las múltiples reacciones a la publicación, se generó una discusión acalorada en los comentarios del grupo.
La polémica escaló cuando un usuario identificado como Yonan Lara Llanes comentó la publicación con una sola palabra: “Precio”. Su aparente interés en adquirir la lechuza provocó una inmediata reacción de repudio por parte de otros miembros del grupo.
“¿Precio de qué? Ustedes tienen que parar. Los animales se protegen, por Dios”, respondió indignada una usuaria identificada como Lety Lety, acompañando su mensaje con emoticonos de tristeza y enojo.
En vez de retractarse, Lara contestó con desdén: “¿Qué te importa eso a ti, como si tú trabajaras en el zoológico? Métase en su vida”. La usuaria respondió con firmeza: “Tan chiquito y tan fresco. Los animales se protegen y punto. Te veo bien mal”.
A la discusión se sumó otra usuaria, Oirasor Ba, quien condenó tanto la oferta como una posible compra del ave: “De seguro lo quiere comprar para después revenderlo más caro. Pobre animalito, sabrá Dios en qué manos irá a caer. Ojalá que cojan tanto al que lo vende como al que lo compra, y tenga que ser penalizado por tanta injusticia”.
La publicación continuó generando rechazo y condena entre los usuarios, muchos de los cuales expresaron su repudio por lo que consideran un acto de abuso contra la fauna silvestre. Ishel Permuy Torres comentó con evidente frustración: “Dejen el abuso ya, ¡coño! Liberen esa pobre lechuza o búho, no sé bien”, acompañado de emoticonos de enojo y tristeza.
Algunos comentarios fueron aún más duros. Amanda Céspedes escribió: “Mira tú, perro mariconzón, suelta a ese animalito que no tiene la culpa de que tú seas un singao. Eres un abusador. Olvídate de eso, que todo lo malo que uno hace se le vira ‘patrá’”, en un mensaje cargado de indignación popular y tono directo.
Pero uno de los comentarios que más encendió la indignación fue el de un usuario identificado como Ángel Ramón Kindelán, quien escribió: “¿A cuánto los vendes? ¿Tienes más? Necesito para sacrificios de santos”.
Su mensaje, que hace referencia a prácticas religiosas con animales, fue interpretado por muchos como una validación del tráfico y maltrato de especies protegidas, y elevó aún más la alarma entre los internautas.
Sin embargo, ni es la primera vez que ocurre ni es un caso aislado. En 2022, inspectores del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) de Cuba rescataron a una lechuza que estaba en venta ilegalmente a través de internet por un precio entre los 4,000 y 5,000 pesos.
“La Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental (ORSA), el Cuerpo de Guardabosques, PNR con la cooperación del Jardín Zoológico de La Habana, actúan contra ciudadano que vendía lechuza en redes sociales”, explicó en Facebook Jorge Álvarez, en ese momento el director general de ORSA.
Antes, en 2020, la activista por los derechos de los animales, Beatriz Batista, denunció en redes sociales la venta de una lechuza en la plataforma de Revolico y subrayó que actos como ese se debían, en esencia, a la falta de una herramienta legal para evitarlos y penalizarlos.
“Me llega la información de que en el grupo de Facebook: Revolico_compra y venta Habana, el usuario "Anisleysis Sanchez Celada" está vendiendo esta lechuza amarrada que aparece en la foto para fines religiosos (brujería) por 50 dólares”, explicó Batista.
“A estas alturas lo lógico era tener en nuestro país, Cuba, una Ley de Bienestar Animal que la amparara (a la lechuza en este caso), pero, por excusas ilógicas, fue pospuesta para febrero de 2021”, subrayó.
En 2024, una protectora de animales cuestionó el accionar de las instituciones cubanas responsables de la protección de la naturaleza, expresando su indignación ante la promoción de la venta de ardillas rojas en La Habana.
En una publicación en Facebook, Elizabeth Marela Cardoso Pérez criticó duramente a los vendedores que, según ella, lucran con el sufrimiento de animales sin ningún conocimiento sobre su manejo y cuidado.
Aunque el régimen cubano promulgó en 2021 el Decreto Ley de Bienestar Animal, las constantes denuncias de los ciudadanos evidencian su escasa efectividad en la práctica.
Específicamente, el artículo 58, inciso h) señala que es una infracción “comercializar, transportar, poseer, capturar, reproducir y cualquier otra acción de manejo de animales que se realice incumpliendo las disposiciones vigentes”.
Además, en su Artículo 83, establece que el control de las poblaciones de animales en vida silvestre puede realizarse por causas sanitarias justificadas, como el crecimiento excesivo de individuos de una especie, la presencia de especies invasoras o plagas, y enfermedades.
Pero, el sacrificio de estas especies invasoras requiere autorización de las autoridades competentes, y debe realizarse de manera rápida y compasiva.
El Decreto-Ley de Bienestar Animal de 2021 en Cuba establece regulaciones estrictas sobre la comercialización de animales vivos, incluyendo especies invasoras, según lo cual, las personas que se dediquen a la comercialización de animales deben contar con las licencias y autorizaciones correspondientes, conforme a la legislación vigente.
Las personas que cometan estas infracciones pueden enfrentar multas de hasta 1,000 pesos, las que serían impuestas por las autoridades competentes.
Uno de los aspectos más criticados por los activistas es la falta de severidad en cuanto a los delitos que afectan a los animales, incluidas las especies invasoras.
Preguntas frecuentes sobre el tráfico de especies y maltrato animal en Cuba
¿Por qué la venta de una lechuza en La Habana ha generado tanta indignación?
La venta de una lechuza en La Habana ha generado indignación porque se considera un acto de maltrato animal y tráfico ilegal de especies silvestres, prácticas que son condenadas por defensores de los animales y muchos internautas. Además, las condiciones en las que estaba retenida el ave, dentro de una cubeta metálica, agravaron las críticas hacia esta acción.
¿Qué dice la legislación cubana sobre el tráfico y maltrato de animales?
La legislación cubana, específicamente el Decreto Ley de Bienestar Animal de 2021, prohíbe la comercialización, transporte, captura y cualquier manejo de animales que incumpla las disposiciones vigentes. Este decreto busca proteger a los animales, pero su efectividad ha sido cuestionada por activistas debido a la falta de aplicación y respuesta adecuada de las autoridades.
¿Cómo afecta el tráfico de especies a la biodiversidad en Cuba?
El tráfico de especies silvestres afecta negativamente a la biodiversidad en Cuba, pues muchas de estas especies son capturadas en su hábitat natural, lo que puede llevar a un desequilibrio ecológico y la disminución de poblaciones de ciertas especies. Además, estas prácticas ilegalmente lucrativas contribuyen al deterioro del medio ambiente y la pérdida de la fauna autóctona.
¿Qué acciones se pueden tomar para combatir el tráfico ilegal de animales en Cuba?
Para combatir el tráfico ilegal de animales en Cuba, es fundamental aplicar de manera rigurosa las leyes existentes y aumentar las sanciones contra los infractores. Además, se podrían implementar campañas de concienciación sobre la importancia de proteger la fauna silvestre y fomentar la colaboración entre organizaciones ambientales y el gobierno para crear estrategias efectivas de conservación.
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