Más difícil que mis tres partos juntos ha resultado entrevistar a alguien a quien considero uno de los más grandes humoristas cubanos de todos los tiempos; alguien al que, con solo verlo, te “partes” de la risa. Si a eso unimos su excelencia como ser humano y amigo, su sinceridad -aunque le cueste-, su forma inequívoca de hacer y de decir, no puede ser otro que Ulises Toirac, mi queridísimo “Matute” de toda la vida.
¿Cómo y cuándo Ulises Toirac supo que sacarle partido a ser feo le produciría ganancias? ¿Siempre has hecho reír?
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Desde muy temprano en la vida. Siempre tuvimos espejo en la casa y, además, tenía conciencia de lo que provocaba en los demás. Recuerdo que decía cosas absolutamente serias que provocaban carcajadas. Nunca me he tomado demasiado en serio.
En cuanto a si mi aspecto gusta o no... ¡bah!, es un instrumento. Hacer reír es un trabajo de Hércules. Uno de sus famosos 12 trabajos. La gente se relaja al ver que yo mismo no me tomo en serio, me permite ir a otros objetivos menos superficiales que ese.

¿Qué opinas del humor en la televisión cubana?
El humor en la TV cubana siempre ha estado en crisis, pues depende de la “benevolencia” de su organismo rector, el Departamento Ideológico del PCC.
Ha habido momentos más o menos distendidos, pero se han desarrollado dos fenómenos que influyen mucho: por un lado, se ha hecho mucho más ácida la lucha ideológica al punto de dictar leyes que castigan directamente al humor. Está legislado. No es bonche, no puedes usar el humor para referirte a nada gubernamental porque es delito.
Por otro lado, el nivel espiritual e intelectual ha disminuido sistemáticamente en los últimos 20 años hasta alcanzar un punto deprimente. El humor (el verdadero) es inteligencia.
Programas que consideres de referencia.
Hay muchos. “¿Jura decir la verdad?” estuvo lleno de espectacularidades. Tanto por invitados como por guiones específicos que tocaban temas álgidos que supimos abordar. Igual tuvo momentos espectaculares detrás del telón. Con decisiones, con acciones fuera de pantalla.
Sería injusto referirme solamente a un par de ellos. Pienso que logró su objetivo. Recuerdo que vivía en Marianao, en 112 e/ 51 y 49. Las noches que transmitíamos (ya yo había grabado el capítulo, lo había revisado, lo había editado, lo había presentado... estaba hasta el pelo del capítulo) me iba a dar la vuelta por el barrio.
Solo... ¡caminando despacio la media hora por la calle! Para escuchar al público. Y era lo más lindo que pudiera haber hecho. ¡Hay pocas cosas que me marquen más que aquellas carcajadas, aquella unanimidad poniendo los televisores!
Hay muchos humoristas viviendo y trabajando fuera del país. ¿No has pensado en lanzarte a una aventura?
Hubo una época que viajaba mucho a EE.UU. Tenía a mis padres aquí y a toda mi familia. Trabajaba bien en Cuba. No tenía motivos imperiosos. En cuanto a mis colegas, todos tienen mi respeto. Y por supuesto, todos tienen mi apoyo.
Personajes predilectos de Ulises Toirac…
Matute, Chivichana, otros que no salieron en TV en aquella época; más nuevos, Pirolo (un handyman “aparentemente retrasado”), Manolito Santo (un culturoso a todo trapo). Cada uno tiene una finalidad y me han permitido expresarme de diferente manera, incluso para diferente público. ¡Los amo a todos!
Un buen día, el humorista predilecto abandonó la tele cubana para tristeza del público televidente. ¿Te fuiste o te fueron?
Me fui. Había muchos problemas. Pero en ese momento, lo que yo tenía claro es que un programa no debía mantenerse al aire más allá de lo que dictaban la razón y la inteligencia. Elongar el declive es nefasto para la memoria que luego queda en la gente. Además, cada vez se hacía más difícil convencer, mantener la altura de la vara, crear.
¿Sigues viviendo en Playa?
Sí, sigo viviendo en Playa, pero realmente vivo más dentro de la casa y, cuando salgo, vivo más en Santos Suárez, el Cerro, Luyanó, La Lisa y el Vedado. Aunque naturalmente pateo mi barrio, el balance de tiempo no lo favorece. Me gusta caminar y me gusta hablar con la gente (y meterme con la gente).
Y por supuesto, la gente meterse con él. Ese es Ulises Toirac, de los grandes, de los que siempre habrá que hablar cuando se trate el tema del humor cubano.
Háblame de aquel humorismo primario: el gallego, el negrito, la mulata... Arredondo, Candita… Del de “Alegrías de sobremesa”, “Detrás de la fachada”, “San Nicolás del Peladero”, “Casos y cosas de casa”; más acá en el tiempo, “¿Jura decir la verdad?”, “Pateando la lata”, “Vivir del cuento”…
El tema del humor que se hacía en el teatro bufo y los sucesores, principalmente en la radio, fueron, como lo es el de hoy, pasos en un desarrollo.
El humor vino fundamentalmente de España en “la época de la colonia”, y se le incorporaron personajes y situaciones inherentes a la vida en la isla. Fue un largo período.
Hubo una época en la que, incluso, se hacían piezas humorísticas en las carpas. O sea, había una gran variedad. La televisión apareció tardíamente a todo ese proceso e igual que los otros medios, impuso un lenguaje y unas “formas”.
¿Cómo un señor humorista como tú lleva hoy día un plato de comida a su mesa?
Si te digo, te descojonas de la risa. Eso que llaman resiliencia. Hago libros, vendo alguna publicidad, proyecto tienda online, en fin… Menos bajar la cabeza y renunciar a mis ideas, lo que venga.
¿Ha habido represalias hacia ti por tus agudos comentarios, esos que sueltas a cada rato, como al azar, y que describen excelentemente lo que sucede en Cuba?
No puedo probar que sí, pero... ¡sí!
Precisamente, acerca de esos tantos comentarios sagaces y certeros, ¿qué opinas de la situación de la Cuba actual?
Hay muchísimas cosas que me preocupan... Para empezar, me preocupa “mímismo”, que es la base de todo y no el limón, al menos para mí.
Pero estamos en una especie de marasmo intelectual y, por lo tanto, físico. Ha venido desarrollándose (no sólo en Cuba, sino en todo el mundo) un desapego a la información. Muchos dicen: «Es que la información nos sale sin buscarla», y me parece el peor de los errores.
Esa no es la información. De 20 publicaciones que veo en redes acerca de temas generales, política, ciencia, tecnología, etc.... 19 son falsedades totales o que encubren la realidad. De hecho, he podido constatar que los títulos y «leads» se diseñan para atraer más que para decir lo que realmente hay escrito en un artículo.
¿Por qué me preocupa? Voy pa’l Máster: «Ser cultos es la única manera de ser libres».
Estamos siendo bombardeados por intereses y estamos siendo presas de esos intereses. Sin siquiera indagar. Sin cuestionarnos cuán veraces son en la papilla que nos dan. ¡Y finalmente nos usan! Usan nuestra aceptación con la información.
Yo aún sigo orgulloso de muchas cualidades de la cubanía, de ser cubano. Pero cada vez con mayor pesadez de espíritu; no me reconozco en la manera de pensar y actuar de una gran cantidad de cubanos. Dentro y fuera de la isla.
Pero dentro son los que tengo cerca... Y pienso que lo de la Nación está bien jodido: gracias a dejar usarnos, a no indagar, a comernos la papilla.
Pasará mucho tiempo para que los intereses de otros dejen de ser los intereses que muevan a cada cubano. Hay una larga «educación» que nos lo impide. Y (me perdonan el pesimismo) no le veo final. No en mi tiempo de vida ni en el de los que viven hoy.
La última explicación de por qué no llegamos a nada y todo sigue el mismo curso... ¡radica en esto!
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