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Aunque según las autoridades los balances contables de muchas empresas estatales en la provincia de Las Tunas son positivos, sólo se cumplió un tercio de la producción física prevista en el primer trimestre de 2025, trascendió en el análisis del desempeño de la economía en el territorio durante ese lapso.
“La gente no come explicaciones”, regañó el primer secretario del partido en la provincia, Osbel Lorenzo Rodríguez, cuestionando los argumentos de los directivos de empresas estatales con incumplimientos en sus planes productivos, en medio de un panorama donde los números pueden lucir bien, pero la producción tangible sigue sin cubrir las necesidades de la población.
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Si bien el análisis recurrió una vez más al pretexto de los efectos del “bloqueo” de Estados Unidos, se reconocieron las fallas y el bloqueo internos. “Nadie está facultado para incumplir por razones subjetivas“, advirtió Lorenzo, según el reporte del periódico provincial 26.
El dirigente también calificó de lenta la recuperación económica del territorio. Las producciones agrícola, de carne ovina y cunícola (de conejo), y de carbón vegetal se encuentran por debajo de lo planificado.
Además, se refirió al divorcio entre la gestión de los directivos y las demandas reales de la población, sobre todo en zonas rurales.
Los datos presentados reflejan que al cierre de marzo sólo se cumplió un tercio de las producciones físicas previstas. No obstante, las ventas minoristas y la circulación mercantil mantuvieron cifras estables, lo que, según las autoridades, apunta a una tendencia nociva: balances positivos sostenidos por precios elevados, que elevan los ingresos de las empresas, pero es “una pésima noticia para la economía tunera en su conjunto, porque perpetúa el círculo vicioso de la inflación y la depresión de la oferta”, significó el periódico.
La agroindustria azucarera ejemplifica esta contradicción: se espera que alcance mínimos históricos en producción de azúcar, aunque los ingresos por derivados como la meladura suavicen los resultados contables. Sin embargo, esta situación podría forzar importaciones del producto, frustrando el objetivo de autoabastecimiento, especialmente considerando que Las Tunas tenía el mayor plan azucarero del país, aunque sin aportar datos concretos.
La gobernadora Yelenys Tornet Menéndez afirmó: “Las producciones físicas constituyen el indicador clave”. En su intervención, señaló también otros puntos críticos, como fallas en los pagos a campesinos, ineficiencias en inversiones e ilegalidades en el uso de tierras y el ganado.
Asimismo, se evidencia un retraso en el desembolso del presupuesto de asistencia social, del cual un 4 % quedó sin ejecutar en el primer trimestre del año. Se trata de “un dinero que debe emplearse, con eficiencia, pero sin demoras innecesarias; porque beneficia a la parte más vulnerable de la ciudadanía”, subrayó Lorenzo.
En contraste, el sector privado superó sus estimaciones de aportes al presupuesto gubernamental, aunque su desempeño económico no suele ser incluido en el análisis oficial. Sí fue objeto de escrutinio su relación con el aparato estatal, que resultó en unas 50 medidas administrativas y cerca de 90 sanciones políticas tras detectarse múltiples violaciones, se conoció.
Aunque los balances contables siguen dando señales alentadoras en algunos casos, las autoridades gubernamentales reconocen que la economía no logra satisfacer las necesidades más básicas de la población.
En junio de 2024, durante una visita a Las Tunas, el gobernante Miguel Díaz-Canel llamó a los cubanos a “guapear” para conseguir el autoabastecimiento de comida en vez de “estar pensando en lo que va a entrar por la canasta”. Al mismo tiempo insistió en que la responsabilidad de que los ciudadanos tengan satisfechas sus necesidades básicas corresponde a los gobiernos locales y no a los dirigentes que controlan la centralizada y planificada economía del régimen comunista.
Las autoridades han reconocido la situación de abandono que atraviesa el sector agropecuario en Las Tunas, marcado por la falta de alimento para los animales, impagos a los productores, desnutrición en el ganado, falta de apoyo institucional y robos constantes de reses en sus fincas.
También existen muchas demoras en los trámites para ampliar las tierras a quienes ya poseen más de 10 vacas, lo que limita las posibilidades de crecimiento y sostenibilidad de las fincas.
El desabastecimiento y la baja productividad en el país ha obligado a extender continuamente la exención arancelaria, como una vía de alivio temporal para la población, sin que se implementen soluciones estructurales a largo plazo.
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