
Vídeos relacionados:
Juan Reyes, un cubano que llegó a Estados Unidos a los 11 años como parte del éxodo infantil conocido como Operación Peter Pan, ha sido incluido en el Salón de la Fama de la Agricultura de Wyoming, uno de los mayores reconocimientos del sector rural en ese estado.
Con 74 años, este exiliado devenido vaquero ha dedicado su vida a la ganadería en las duras praderas del oeste estadounidense, forjando desde cero uno de los ranchos más importantes de la región: el MR Angus Ranch, especializado en la cría de toros Angus adaptados a grandes altitudes.
“Solía decir que viví el sueño americano. Ahora digo que estoy viviendo el sueño de Wyoming”, afirmó al medio local Cowboy State Daily.
De niño refugiado a leyenda del campo
La historia de Juan Reyes no comenzó entre vacas ni montañas, sino en Covadonga, una comunidad rural en Cuba, a pocos kilómetros de la Bahía de Cochinos. Su padre era obrero de un central azucarero y criaba ganado; su madre pertenecía a una familia comunista. La Revolución los partió en dos.
Lo más leído hoy:
Cuando la invasión de Playa Girón sacudió a la isla en 1961, el padre de Juan decidió sacar a sus hijos del país. Un año después, los tres hermanos volaban rumbo a Miami, enviados por la Iglesia Católica en secreto, sin dinero, con solo una maleta de cartón y algo de ropa. Fueron ubicados en campos de refugiados en Florida y luego trasladados a un internado en el estado de Washington.
Reyes recuerda ese momento como uno de los más duros de su vida.
En Washington conoció a su futura esposa, Joni, y a través de ella el amor por el ganado Angus. Más tarde se mudaron a Wyoming, donde enfrentaron inviernos despiadados, enfermedades en el ganado y deudas que casi los quiebran. Pero nunca se rindieron.
Con la ayuda de universidades, investigación genética y años de ensayo y error, Juan y Joni crearon un sistema de cría capaz de producir toros sanos en altitudes superiores a los 2,400 metros
Hoy, su rancho en Wheatland alberga 1,000 vacas registradas y 7,000 cabezas de ganado en engorde.
También se hizo célebre por entrenar perros border collie capaces de manejar rebaños con una simple orden o silbido. Su método es tan eficiente que reemplaza a varios vaqueros y reduce el estrés en los animales. “Es como leerles la mente”, afirma.
Un legado familiar con raíces cubanas
Juan y Joni criaron a sus hijos en medio del esfuerzo diario del rancho. Hoy son ellos, Jason, Jennifer y su yerno Mick, quienes lideran las operaciones. “Intenté alejarlos de este trabajo porque es duro. Pero no pude. Lo aman”, reconoce.
Más allá de los logros, Reyes dice que su mayor orgullo es haber construido algo para sus hijos sin haber tenido nada. “Cuando empezamos, no teníamos absolutamente nada. Vivimos así durante años”, recuerda su esposa.
Hoy, aquel niño que huyó del comunismo y no hablaba inglés tiene amigos y conexiones en todo Estados Unidos y Canadá gracias a su ganado, sus perros y su ejemplo.
“Este reconocimiento no es solo mío. Es de mi familia. Es de todos los que me ayudaron a no rendirme”, concluyó.
Archivado en: