Un post reciente de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), en el que intenta glorificar la labor del colectivo de la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras con una narrativa épica, desató una tormenta de indignación, sarcasmo y burla en los comentarios de Facebook de la empresa estatal.
En lugar de generar empatía o reconocimiento, el mensaje fue percibido por una gran mayoría como una provocación insensible frente al sufrimiento cotidiano de millones de cubanos que llevan años lidiando con apagones prolongados, calor sofocante y alimentos echados a perder.

“En el corazón industrial de Matanzas, donde el rugido de las turbinas se mezcla con el olor salino del mar, la Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras libra una batalla diaria contra la obsolescencia y el férreo bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos”, decía el texto oficial, en tono casi literario.
Aunque pretendía destacar la labor del Comité de Innovadores y Racionalizadores, la reacción general fue unánime: incredulidad y rechazo.
“Parece una novela turca el encabezado. ¡Qué tierno todo! Pobre pueblo”, comentó una usuaria. Otro, en un tono igual de irónico, escribió: “El calor y los mosquitos no me dejan llorar”.
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Los comentarios no se limitaron al estilo literario del post, sino que se dirigieron directamente al contenido del mensaje. Varios internautas cuestionaron el uso repetitivo del bloqueo como justificación: “Para las termoeléctricas existe bloqueo, pero para construir hoteles lujosos no existe tal bloqueo”.
La frase fue repetida y apoyada por decenas de usuarios, que apuntaron a la visible contradicción entre la narrativa oficial y las prioridades de un Estado capturado por una élite militar y burocrática con intereses particulares que se nutren del entramado de empresas estatales y socialistas, del sector del turismo y de las importaciones, y que constituye una mafia cleptocrática que domina la sociedad mediante la violencia y sus redes clientelares.
“La UNE contrató un poeta para hacer las notas”, ironizó uno. “Poetas de la miseria y el hambre”, sentenció otro. Muchos acusaron a la publicación de ser una burla, especialmente porque los apagones no han cesado ni siquiera en la provincia que alberga a la central termoeléctrica.
“Mucho entusiasmo, pero la realidad es otra. Quien entre o quien salga, seguimos con los mismos apagones”. “Esa columna ya tiene escoliosis”, comentaron en referencia al calificativo de “columna vertebral de la generación eléctrica” usado por la UNE.
Las críticas también se enfocaron en la falta de mantenimiento y planificación. “¿Y los recursos que han gastado en hoteles? ¿Eso no tiene bloqueo?” o “Lo que han gastado en hoteles que están vacíos, si lo hubieran invertido en la generación eléctrica, otra cosa fuera”.
“El único bloqueo es el del Partido Comunista, que jamás ha invertido un centavo en modernizar las termoeléctricas”, afirmaron muchos con contundencia.
Mientras algunos pocos usuarios intentaron expresar respeto por los trabajadores de la Guiteras, la mayoría insistió en que no es el sacrificio obrero lo que está en entredicho, sino las políticas de inversión y gestión energética: “El pueblo matancero, teniendo la mayor termoeléctrica del país, llega a sus casas y los esperan largas horas sin corriente”; “Para hacer grandes hoteles, como la Torre K, no hubo bloqueo. ¿Por qué no se usó el mismo método para traer piezas de repuesto o construir una termoeléctrica nueva?”.
Otros comentarios combinaron frustración con sarcasmo: “¿Cómo se llama esta novela? ¿‘La incompetencia de la dictadura’?”; “Pensé que era el comienzo de una película fantástica”; “Sigan echándole la culpa de sus fracasos a otros y nunca van a progresar”.
Un número creciente de ciudadanos, agotados por las promesas incumplidas, pidió directamente la renuncia de los responsables del sector eléctrico. “Basta de promesas y embullos. Este pueblo está cansado y ustedes con romanticismo”.
“Ya no confiamos en ustedes, en la dirección del país en general y en particular en los que dirigen este ministerio. Tengan vergüenza y renuncien”, exigieron otros.
Entre los comentarios más duros, se repitieron llamados a terminar con el discurso oficial: “Vamos por pasos. ¿De qué corazón industrial hablan si aquí han destruido todas las industrias?”; “Hablan del bloqueo, pero compraron un avión privado de 12 millones para pasear”; “Para traer carros modernos y para el turismo no hay bloqueo”.
También hubo quienes recurrieron al humor como mecanismo de crítica. “Arrurrú mi niño, arrurrú mi amor…”; “Con todo hacen un poema ustedes, y yo aquí meándome de la risa porque para mí esto es un sitio humorístico”; “Cojan todo el dinero que se han robado todos los dirigentes, más el del Cangrejo y Sandrito, y hagan termoeléctricas nuevas”.
Mientras tanto, en los barrios cubanos, los apagones siguen marcando la rutina diaria. “Estamos muriendo lentamente, sin opciones”, resumió una usuaria, en una frase que condensa el sentir de millones de cubanos.
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