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El Consejo del Atlántico Norte se reunió este 23 de septiembre de 2025 para condenar con firmeza la incursión de tres aviones de combate rusos en el espacio aéreo de Estonia el pasado 19 de septiembre y advertir a Moscú de que empleará "toda su fuerza", militar y no militar, para defender a sus miembros.
Estonia invocó el Artículo 4 del Tratado de Washington —que obliga a los aliados a consultar cuando la seguridad, integridad territorial o independencia política de uno de ellos esté amenazada— tras considerar inaceptable la violación.
El incidente consistió en que tres aviones MiG‑31 rusos, sin planes de vuelo declarados, con los transpondedores apagados y sin comunicación bidireccional con control de tráfico aéreo estonio, penetraron el espacio aéreo estonio cerca de la isla de Vaindloo, en el golfo de Finlandia, durante unos 12 minutos.
Fuerzas de la OTAN, incluyendo cazas F‑35 italianos bajo la misión de policía aérea del Báltico (Baltic Air Policing) junto con apoyo de Finlandia, los interceptaron y escoltaron fuera del espacio aéreo.
La declaración del Consejo del Atlántico Norte señaló que esta violación es parte de un patrón más amplio de acciones rusas irresponsables, provocadoras y potencialmente peligrosas, que podrían conducir a errores de cálculo que pongan vidas en riesgo.
En los últimos días, otros aliados como Polonia, Letonia, Lituania, Noruega y Rumania también han reportado violaciones de su espacio aéreo por drones o aeronaves rusas. Estonia ha expresado plena solidaridad con todos los miembros afectados.
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La OTAN recordó que el 12 de septiembre inició la operación Centinela Oriental (Eastern Sentry) para reforzar su flanco oriental, como respuesta al incremento en las incursiones aéreas y de drones rusos, en particular tras la entrada no autorizada de múltiples drones sobre Polonia.
En su declaración, la Alianza insistió en que Rusia asume plena responsabilidad por las violaciones del espacio aéreo aliadas, y que tales actos deben cesar inmediatamente.
Asimismo, advirtió que no hay duda de que la OTAN usará “todos los instrumentos, militares y no militares necesarios” para defender su territorio, en el momento, forma y ámbito que considere apropiado, conforme al derecho internacional, incluyendo su compromiso inquebrantable con el Artículo 5, que considera un ataque a un aliado como ataque a todos.
Las autoridades estonias han exigido una respuesta unida de los aliados, y enfatizan que estos actos no podrán repetirse sin consecuencias. El primer ministro Kristen Michal describió la violación como “totalmente inaceptable” y el ministro de Exteriores, Margus Tsahkna, la calificó de la más grave del año.
La presión diplomática, el reforzamiento militar del flanco oriental de la OTAN y la creciente retórica muestran que la Alianza está determinada a resistir lo que considera provocaciones deliberadas de Rusia.
Polonia lanza aviso directo a Rusia en la ONU: “Han sido advertidos”
Horas antes de que la OTAN publicara su enérgica declaración sobre la violación del espacio aéreo estonio, el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radosław Sikorski, lanzó una de las advertencias más contundentes pronunciadas hasta ahora en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Refiriéndose a las recientes incursiones de cazas rusos en Estonia y a los incidentes previos con drones sobre Polonia, Sikorski advirtió que cualquier nueva violación podría tener consecuencias militares inmediatas.
“Si otro misil o avión entra en nuestro espacio aéreo sin permiso, intencionadamente o por error, y es derribado y sus restos caen en territorio de la OTAN, por favor, no vengan aquí a quejarse. Quedan advertidos”, declaró de forma tajante durante la sesión convocada a petición de Estonia, según la agencia PAP.
Sikorski también acusó a Moscú de mentir sistemáticamente y de no mostrar señales de desescalada, incluso tras las múltiples violaciones denunciadas por varios países del flanco oriental de la Alianza. En sus palabras, “en el pasado lo dejamos pasar, pero ahora no hemos escuchado disculpas; solo mentiras combinadas con ataques intensificados contra Ucrania”.
La declaración polaca refuerza el creciente consenso entre los aliados de que las provocaciones rusas han superado los límites tolerables. A la advertencia de Sikorski se sumaron otros líderes europeos y aliados en el Consejo, quienes coincidieron en que la situación representa un riesgo real de confrontación directa con Rusia.
Desde Washington, el embajador estadounidense ante la ONU, Michael Waltz, coincidió en que las acciones rusas son una amenaza grave: “Rusia debe cesar estas provocaciones y respetar la soberanía de sus vecinos”.
Por su parte, el canciller estonio, Margus Tsahkna, denunció con pruebas gráficas la incursión de tres MiG‑31 armados, calificando la violación como “clarísima”.
Con esta nueva advertencia desde Varsovia, Polonia deja claro que ya no tolerará nuevas violaciones aéreas. La posición de la OTAN, reafirmada horas después por el Consejo del Atlántico Norte, deja poco margen a la ambigüedad: cualquier ataque contra un miembro será respondido con “toda su fuerza”, conforme al Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte.
Rusia asegura que ya está en guerra con la OTAN tras incursiones de drones y amenazas cruzadas
La escalada militar y diplomática de las últimas semanas se agudizó aún más después de que el Kremlin afirmara públicamente que Rusia ya se encuentra “de facto” en guerra con la OTAN, a raíz de los incidentes con drones en territorio polaco y el aumento del respaldo occidental a Ucrania.
“La OTAN está en guerra con Rusia. Esto es obvio y no requiere de pruebas adicionales”, declaró recientemente el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Según explicó, la asistencia militar —directa e indirecta— que los países de la Alianza brindan a Ucrania equivale a una implicación activa en el conflicto armado.
Las declaraciones de Peskov se sumaron a las del ex presidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, quien advirtió en su canal de Telegram que la implementación de una zona de exclusión aérea sobre Ucrania y el derribo de drones rusos por parte de aliados de la OTAN “significaría una guerra de la OTAN con Rusia”.
Medvédev fue más allá al amenazar con represalias si los activos estatales rusos congelados en Europa son transferidos a Ucrania como parte de un esquema de reparaciones de guerra. “Perseguiremos a los responsables en todos los tribunales posibles, y en algunos casos, fuera de ellos”, afirmó.
Estas amenazas se produjeron en un contexto cada vez más volátil. Días antes, una serie de drones rusos violaron el espacio aéreo de Polonia, lo que provocó la condena de Varsovia y reforzó el despliegue militar de la OTAN en su flanco oriental.
En respuesta, el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, anunció la operación ‘Centinela Oriental’, con participación de fuerzas aéreas y navales de varios países miembros.
Rutte calificó lo ocurrido en Polonia como “la mayor concentración de violaciones del espacio aéreo de la OTAN que se haya visto” y advirtió que el incidente no es aislado. Mientras tanto, en Kiev crecen las presiones para que los aliados autoricen el derribo de drones rusos antes de que crucen territorio aliado, una decisión que, según Moscú, llevaría inevitablemente a un enfrentamiento directo.
La gravedad de las declaraciones rusas sugiere que el umbral simbólico de la confrontación ya ha sido superado, y que los próximos movimientos en el terreno —o en el aire— podrían tener consecuencias impredecibles para la seguridad de Europa.
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