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El Gobierno de Estados Unidos ha dado un paso decisivo en su estrategia contra el crimen organizado transnacional al declarar oficialmente al grupo colombiano Clan del Golfo como Organización Terrorista Extranjera (FTO) y Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT).
La medida, anunciada este 16 de diciembre por el secretario de Estado Marco Rubio, se basa en las disposiciones de la sección 219 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad y la Orden Ejecutiva 13224.
Una “organización delictiva violenta y poderosa”
“El Clan del Golfo es una organización delictiva violenta y poderosa con miles de miembros”, señaló Rubio en el comunicado oficial del Departamento de Estado.
El grupo, también conocido como Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) o Autodefensas Gaitanistas de Colombia, es considerado la mayor banda criminal del país sudamericano, con una cifra estimada de 9.000 integrantes.
Su principal fuente de ingresos es el narcotráfico de cocaína, con el que financia una campaña sostenida de violencia.
“Utiliza el tráfico de cocaína para financiar sus actividades violentas”, remarcó el secretario de Estado. Washington lo responsabiliza de atentados terroristas contra funcionarios públicos, fuerzas del orden, personal militar y civiles en Colombia.
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Motivos de la designación: terrorismo financiado por el narcotráfico
La decisión del Departamento de Estado responde al compromiso de EE.UU. de emplear “todas las herramientas disponibles para proteger a nuestra nación y detener las campañas de violencia y terror cometidas por los carteles internacionales y las organizaciones criminales transnacionales”, indica el comunicado.
Esta designación refuerza la presión internacional sobre una organización cuya red criminal tiene alcance global.
Según datos de la Policía colombiana -citados por Euronews- el Clan del Golfo llegó a operar en al menos 28 países, gracias a alianzas con carteles mexicanos como Sinaloa o Jalisco Nueva Generación, así como con mafias europeas, incluyendo redes italianas y de los Balcanes.
Impacto legal y congelamiento de fondos
La inclusión en la lista de organizaciones terroristas extranjeras tiene importantes consecuencias jurídicas en Estados Unidos.
Las autoridades pueden proceder a la congelación de activos, la prohibición de transacciones financieras y el procesamiento penal por colaboración, directa o indirecta, con la organización.
Estas medidas también permiten a Washington reforzar su cooperación internacional, limitando el acceso del Clan del Golfo a recursos financieros, armas, y redes de apoyo.
Contexto: diálogos de paz y tensiones diplomáticas
La designación llega en un momento particularmente sensible para Colombia.
Desde septiembre pasado, el Gobierno del presidente Gustavo Petro y el Clan del Golfo iniciaron un proceso de diálogos de paz en Doha (Catar), con la mediación de países como España, Noruega, Suiza y Catar.
En diciembre se anunció la creación de tres zonas especiales en el norte y oeste del país donde se ubicarán temporalmente combatientes del grupo a partir de marzo de 2026.
Este movimiento de EE.UU. podría tener implicaciones en esas negociaciones, al catalogar al Clan no solo como una amenaza criminal, sino como una entidad terrorista.
Además, se produce en medio de tensiones bilaterales entre Washington y Bogotá, marcadas por los cruces verbales entre Petro y Donald Trump, y el despliegue militar estadounidense en el Caribe como parte de su campaña antidrogas.
Precedentes: ofensiva contra cárteles y pandillas
Desde que Trump regresó al poder en enero de 2025, su administración ha intensificado la ofensiva contra el narcotráfico.
Además del Clan del Golfo, ha designado como organizaciones terroristas a los seis principales carteles mexicanos (Sinaloa, CJNG, Noreste, Cartel del Golfo, Carteles Unidos y la Nueva Familia Mexicana).
También ha designado como organizaciones terrorista a bandas como Tren de Aragua, MS-13, Barrio 18, y a los grupos ecuatorianos Los Lobos y Los Choneros.
Incluso ha incluido en la lista al Cartel de los Soles, supuestamente liderado por el gobernante venezolano Nicolás Maduro, una acusación rechazada categóricamente por Caracas.
Persistencia del Clan tras la caída de ‘Otoniel’
Aunque la captura en 2021 de su líder histórico Dairo Antonio Úsuga, alias 'Otoniel', fue un duro golpe, el Clan del Golfo no se ha disuelto.
Según las autoridades colombianas, la organización se ha fragmentado en células regionales, sin que ello haya disminuido su capacidad de generar violencia ni su presencia internacional.
Antes de la detención de Otoniel, la red criminal movía unas 20 toneladas de cocaína al mes, parte de las cuales llegaban a Europa ocultas en contenedores de productos agrícolas.
Puertos como Róterdam, Amberes y el sur de España eran puntos clave en su ruta de distribución.
Trump endurece su discurso: “Colombia será el siguiente”
La decisión de Washington contra el Clan del Golfo llega en un clima de máxima tensión diplomática entre la administración Trump y el Gobierno colombiano.
En una reciente rueda de prensa en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump lanzó duras acusaciones contra el mandatario Gustavo Petro, a quien calificó de “narcotraficante” y acusó de permitir que Colombia se convierta en un “centro de producción de drogas”.
“Colombia será el siguiente”, advirtió Trump.
“Tienen fábricas de cocaína que envían el producto directamente a Estados Unidos”, afirmó.
El mandatario republicano enfatizó que Petro “va a tener grandes problemas si no se da cuenta”, y subrayó su percepción de que el presidente colombiano es “bastante hostil hacia Estados Unidos”.
Estas declaraciones se suman a una escalada de medidas adoptadas por su administración: la descertificación de Colombia en materia de lucha antidrogas, la revocación de la visa de Petro, y la suspensión de todos los subsidios y pagos estadounidenses al país sudamericano.
La tensión aumentó aún más tras el reciente bombardeo de un submarino en el Caribe por fuerzas estadounidenses, dentro de la “guerra contra los cárteles”.
Washington afirmó que transportaba droga desde Venezuela, mientras que Petro aseguró que el ataque ocurrió en aguas territoriales colombianas, dejando un colombiano y un ecuatoriano entre los sobrevivientes.
Este nuevo choque verbal entre Trump y Petro refleja el deterioro acelerado de las relaciones bilaterales, en un momento en que Colombia intenta avanzar en procesos de paz con organizaciones armadas, al tiempo que Estados Unidos refuerza su estrategia militar y jurídica contra el narcotráfico transnacional.
Conclusión: Una señal política y jurídica contundente
La decisión de EE.UU. de declarar al Clan del Golfo como organización terrorista es un mensaje claro de que ya no lo considera solamente un grupo narcotraficante, sino un actor que desestabiliza gobiernos, sociedades y fronteras, tanto en América como fuera de ella.
La medida profundiza la doctrina de equiparar cárteles con grupos terroristas, consolidando una estrategia que amplía los instrumentos legales para el combate transnacional al crimen organizado.
Mientras tanto, el proceso de paz entre Colombia y el Clan del Golfo enfrenta un nuevo obstáculo: uno que impone límites severos a cualquier concesión futura, al tratarse ahora de una entidad considerada terrorista por una de las principales potencias del mundo.
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