Un nuevo símbolo de estatus social ha llegado a Cuba con los perros de lujo, que se han convertido en un objeto de deseo y negocio para una creciente clase media alta de la Isla.
Según 'The Associated Press' en La Habana ha emergido un sector de salones de belleza y tiendas para perros que ha generado puestos de trabajo y escenificado las diferencias sociales existentes en la sociedad cubana.
"Este es un servicio para gente con recursos, mayormente, es un servicio al que realmente todos los cubanos no pueden acceder", explicó Lourdes Ortega, que ha convertido su domicilio habanero en un espacio para cuidar a razas caninas de lujo.
En la mayor de las Antillas conviven dos escenarios, por un lado hay organizaciones dedicadas a la esterilización y castración de canes sin hogar mientras que, por otra parte, hay un sector de la población que destina hasta 300 dólares en comprar cachorros de raza.
Estas cifras se desembolsan a pesar de que muchos de los ciudadanos ven las casas o los carros como productos exclusivos. De esta forma los perros con pedigrí se incluyen en ese listado de productos que parecen reservados para ciertas clases sociales.
De forma paralela los negocios dedicados al cuidado minucioso de estos perros de lujo ven como hasta 50 animales al día necesitan de manicura, baños o limpieza básica. Este es el caso de una tienda de cría y peluquería para perros en El Cerro, uno de los barrios habaneros más humildes.
El sector veterinario y los emprendedores empiezan a posicionarse en un sector dirigido a los cubanos más vinculados al sector privado.
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