Era de día todavía cuando los bomberos y brigadas de rescatistas sintieron, bajo los escombros unos ladridos.
Allí estaba enterrado Ulisse, pero no estaba muerto y se aferraba con cada ladrido a algo que su naturaleza animal le impide comprender.
La noche llegó y todavía los equipos de rescate no lograban identificar dónde estaba. Lo sentían, pero sabían dónde buscar.
Finalmente llegó el perro de los bomberos, que identifica el punto exacto por dónde comenzar a cavar.
Logran liberar piedras y polvo, asoma una de sus patas, luego los ojos, el hocico...
Finalmente fuera fue llevado a una clínica veterinaria Rieti, donde dictaminan que el animal no tiene traumas."
Solo está asustado", refiere la veterinaria, que más tarde comenta a la Agencia Nacional de Protección de los Animales (ENPA) que el animal responde bien al tratamiento.
Las fotos "dicen otra cosa". Algo pasa con Ulisse
"Ha perdido a su amo, tiene miedo, es solo eso", asegura la veterinaria.
"Tiene mucho miedo".
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