Estupefactos quedaron los televidentes que ayer se encontraban presenciando el encuentro de pelota entre los equipos de Matanzas y Las Tunas, cuando, ante un lanzamiento alto, pero para nada pegado, el catcher de este último equipo e integrante además de la Selección Nacional, Yosvani Alarcón partió para encima del pitcher matancero Alexander Rodríguez, y se enredaron a puñetazos y "estrallones" en pleno montículo. Igualmente "petrificados" quedaron los asistentes al estadio, porque lo que era beisbol, de pronto se convirtió en Lucha Libre.
Fue un espectáculo feo, del cual la Comisión Nacional de Beisbol seguramente dictará hoy alguna medida ejemplarizante, aunque en honor a la verdad, ¿qué culpa tiene el pitcher de Matanzas? Ninguna, ni su lanzamiento iba a la anatomía del catcher tunero Alarcón, ni fue él quien partió para encima del máscara tunero.
Es bochornoso que hechos así se produzcan en cualquier liga del mundo.
Debería Alarcón tomar ejemplo de dos glorias deportivas cienfuegueras. Del gran Cheíto Rodríguez, que recibía en casi cada juego un pelotazo y nunca reaccionó de esta manera.
"A mi me dan un pelotazo, y yo vengo luego y les meto un jonronazo", decía el Cheo.
O deberían mirar el ejemplo de José Dariel Abreu, "Pito", que hace dos días recibió dos pelotazos y fue hacia primera, como si nada.
Una verguenza deportiva y personal es lo que sucedió ayer, de la cual esperamos la más enérgica repulsa y condena.
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