La vida del basquetbolista cubano Georvys Elías cambió para siempre en verano de 2009, cuando decidió abandonar la concentración de la selección de la Isla en Gran Canaria.
El jugador natural de Guantánamo atiende a CiberCuba y recuerda los motivos que le llevaron a salir de su Cuba natal, a la que añora cada día.
La decisión de la deserción no fue improvisada. Su ambición deportiva y las trabas continuas de las autoridades cubanas, que le negaron un futuro mejor, fueron el desencadenante. "Estaba más que decidido, vine con esa idea clara. Ya antes de venir a España porque previamente fuimos a Puerto Rico a jugar un Premundial y nos dijeron que no teníamos el nivel para jugar porque tenía miedo de que desertáramos", asegura.
"Nuestra generación solo podía jugar en Cuba y allí ya habíamos tocado techo. Éramos la élite, no teníamos rival. A mí y otro compañero nos ficharon para ir a Rusia, pero no nos dejaron salir. En ese momento decidí con Silvestre (Geoffrey) que era hora de buscarnos la vida"
"Nuestra generación solo podía jugar en Cuba y allí ya habíamos tocado techo. Éramos la élite, no teníamos rival. A mí y otro compañero nos ficharon para ir a Rusia, pero no nos dejaron salir. En ese momento decidí con Silvestre (Geoffrey) que era hora de buscarnos la vida", detalla.
La decisión de las autoridades deportivas cubanas de no llevar al equipo nacional al país boricua se convirtió en la gota que colmó el vaso. "Ya había estado en España en 2005, cuando jugamos contra el FC Barcelona, y 2007. Me encantó el país desde la primera vez que llegué y por eso vine con la idea más que decidida", afirma.
La oportunidad llegó en el territorio canario, donde días antes Cuba se midió a la mejor generación de jugadores de la historia del baloncesto español.
Todavía hoy reconoce los riesgos que asumió al tomar una decisión tan drástica como vital para su vida. "Fue muy arriesgado porque nosotros cuando viajamos lo hacemos con alguien de la Seguridad del Estado y te controlan todo. Tú no puedes salir del hotel por tu cuenta, había que pensarlo bien, cuadrar bien el tiempo y tener muy claro lo que vas a hacer", rememoró.
"Fue muy arriesgado porque nosotros cuando viajamos lo hacemos con alguien de la Seguridad del Estado y te controlan todo. Tú no puedes salir del hotel por tu cuenta, había que pensarlo bien"
Una aventura que emprendió junto a Geoffrei Silvestre, Taylor García y Grismay Paumier, quienes no se presentaron para embarcar en el vuelo que debía llevarles a Madrid como antesala de su regreso a La Habana.
Una vez fuera del control de la delegación cubana se encontraron con la ayuda desinteresada de una mujer cubana. Todavía hoy Elías agradece el gesto de aquella persona, cuya identidad no quiere revelar por razones de seguridad.
"Tengo que reconocer que tuvimos mucha gente y no nos pasó como a otros atletas que se encuentran solos. Tuvimos la fortuna de que en Gran Canaria hay una comunidad cubana muy grande y encontramos una chica de la Isla que nos ayudó. Fue la primera persona que nos recogió, pero nunca dimos su nombre para evitar represalias contra ella", explica.
Aroldis Chapman fue el padrino clave
A la semana de estar en España vieron cómo el pelotero cubano Aroldis Champan les tendió la mano para convertirse en su padrino. "Se enteró de la noticia y dijo que quería ayudarnos. Nos llevó a Barcelona y disfrutamos de una vida de lujo. Era un chalet en Castelldefels, que estaba en un barrio donde vivía Ronaldinho", recuerda esbozando una tímida sonrisa.
"La principal figura que nos ayudó para salir adelante fue Aroldis (Chapman). No pasamos nada de trabajo, tenía unos amigos americanos que lo representaban y que también nos tendieron la mano. Tuvimos suerte porque hay muchos atletas que se quedan en la calle desesperados", lamenta.
"Nos llevó a Barcelona y disfrutamos de una vida de lujo. Era un chalet en Castelldefels, que estaba en un barrio donde vivía Ronaldinho"
Todavía hoy reconoce que el camino que se ha labrado fuera de la mayor de las Antillas, a base de humildad, sacrificio y constancia; no era algo previsto. "Nunca pensé en vivir fuera de Cuba, llegué con 30 euros en el bolsillo que nos dieron en la selección y llevo nueve años en España jugando al baloncesto", admite.
El duro camino que le tocó recorrer se ha convertido en un presente de felicidad en España. "Llevaba mucho tiempo en la selección nacional, hasta el año 1999 había jugadores cubanos en Argentina. Aquel fue el último año que dejaron salir a jugadores del país".
"Nunca pensé en vivir fuera de Cuba, llegué con 30 euros en el bolsillo que nos dieron en la selección y llevo nueve años en España jugando al baloncesto"
"Afortunadamente casi todos los que nos quedamos, a pesar de las dificultades burocráticas, pudimos desarrollar nuestra carrera en España", afirma.
Una felicidad que no estuvo exenta de momentos complicados. "Recuerdo que el primer día, cuando estábamos en casa de la chica que nos recogió, apareció un cubano que nos dijo que a lo mejor nos metían presos unos días. El más joven del equipo se asustó un poco, pero le tranquilicé porque no habían enviado a prisión a nadie por pedir asilo político", recuerda.
El espejo del boxedor cubano Erislandy Lara
Cuando le preguntamos a Georvys si se planteó volver a Cuba, lo tiene claro y pone como ejemplo a otros deportistas de la Isla.
"Nunca me lo planteé porque mi amigo el boxeador Erislandy Lara ya había pasado por esta situación. Desertó en Brasil como Guillermo Rigondeaux, pero a éste último lo devolvieron a Cuba. Cuando sucede eso tu a nivel deportivo en Cuba estás acabado", lamenta.
A cambio sigue pagando el peaje que sufre cualquier inmigrante de la Isla. "Estuve seis años sin ver a mi madre hasta que la pude traer de visita a España. Es un precio muy alto que pagas", admite.
"Es muy duro, hace menos de un mes tuve a mi madre mala en Cuba. No te puedes concentrar, son muchos kilómetros de distancia y no puedes hacer nada. La familia siempre la tengo presente. Ahora tengo las videollamadas, pero al principio no tenía ese recurso", agrega.
"No es fácil superar esta sensación aunque tengas aquí de todo. Nada compra la felicidad de estar con tus seres más queridos", confiesa.
El INDER y la convocatoria de cubanos residentes en el exterior
El pívot del HLA Alicante también defendió que el INDER convoque cubanos residentes en el exterior para defender los colores de la selección nacional.
"La mayoría de cubanos que salieron fuera del país quieren representar a Cuba. Es una tontería no recurrir a estos jugadores. En deportes como el béisbol tendríamos uno de los mejores equipos del mundo"
"Tenía que haber sucedido hace muchos años, como pasa en todos las naciones del mundo. Salir de tu país para mejorar no significa que dejes de ser cubano. Los cubanos amamos nuestra bandera", asegura con orgullo.
"Representar a la selección cubana es un privilegio y un honor. En Cuba nos matábamos para ponernos las cuatro letras como se decía allí"
"La mayoría de cubanos que salieron fuera del país quieren representar a Cuba. Es una tontería no recurrir a estos jugadores. En deportes como el béisbol tendríamos uno de los mejores equipos del mundo", añade.
"Representar a la selección cubana es un privilegio y un honor. En Cuba nos matábamos para ponernos las cuatro letras como se decía allí", desvela el guantanamero.
De esta forma aprovecha para recordar los años dorados de la Liga Nacional, que todavía perduran en su mente. "Aquella época fue increíble, no se borra de mi cabeza lo que viví. La gente se volcó tanto que hubo un momento en que el baloncesto superó al béisbol".
En aquellas pistas calientes se forjó el carácter de lucha y perseverancia de Georvys Elías, quien no duda enviar un claro mensaje a los jóvenes de la Isla.
"La meta que uno se proponga hay que salir a buscarla, porque eso no implica dejar de ser cubano".
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