La compañía minera Penmont ocupó ilegalmente terrenos propiedad de humildes ejidatarios en el ejido, áreas de agricultura comunal, el Bajío (México) y contaminó sus tierras y sus aguas. Hace tres años los tribunales fallaron a favor de los residentes. La compañía debía cerrar las minas, reparar los daños ambientales y pagar las rentas de las tierras que ocupó.
Sin embargo, tres años después, la compañía Penmont no ha hecho ninguna de las tres cosas.
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