Abu-Kifah, un rescatista de los Cascos Blancos en Siria, estalló en llantos cuando logró salvarle la vida a este bebé que yacía entre los escombros de uno de los edificios destruídos por los bombardeos en ese país.
No es la primera vez que una imagen como esta llega a los medios.
Niños cubiertos de polvo, rescatados entre pilas de escombros, oprimidos por las piedras y el polvo.
Ahí, en la antesala de la muerte, manos como las de Abu-Kifah los salvan de la muerte.
En este caso, tanto el bebé como su familia sobrevivieron al ataque.
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