A los pies de un flamboyán, uno de los árboles más coloridos de mundo, en la calle 4 del barrio La Timba, en el municipio Plaza; vive Reinero Ramos Morales, que ha pasado de trabajar en el Consejo de Estado a convertirse en un ilustre indigente.
Entre sus recuerdos destaca cómo conoció a Ernesto Che Guevara, antes que una crisis de nervios en la década de los 70 lo llevara a ser hospitalizado.
Su vida se truncó cuando se agravó su enfermedad mental. Desde aquel momento su trabajo en las oficinas del Partido Comunista en Santiago de Cuba quedó en un un recuerdo más. A pesar de ser acogido por su entorno familiar, su camino a la indigencia resultó ya imparable.
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