El Atlético de Madrid se marchó del Santiago Bernabéu con una herida que cada año que pasa se hace más grande ante un Real Madrid que se ha convertido, por derecho propio, en la bestia negra de los rojiblancos.
El partido de ida de las semifinales de Champions lo liquidó por la vía rápida Cristiano Ronaldo con un hat-trick que deja a los blancos con pie y medio en la final de Cardiff. El jugador portugués demostró ayer el buen estado de forma que vive en la máxima competición europea. El luso venía de marcar cinco goles al Bayern en los cuartos de final, lo que supone un registro goleador de ocho goles en tres partidos.
Por su parte, los de Simeone quedan a expensas de una gesta histórica en la vuelta, que representará la despedida europea del estadio Vicente Calderón aunque -viendo la imagen ofrecida por ambos conjuntos- se antoja más complicada que nunca.
El técnico argentino fue valiente en su planteamiento y arriesgó en búsqueda de un gol, pero su apuesta fue fallida y terminó con una goleada, que se suma al álbum de decepciones europeas de los colchoneros.
(Con imagen de Real Madrid).
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