Three Square Market ―localizada en el estado de Wisconsin― es una compañía desarrolladora de softwares para máquinas expendedoras y se ha convertido en la primera en EE.UU. en implantar microchips bajo la piel de unos cincuenta trabajadores que se ofrecieron como voluntarios para aplicar la iniciativa.
La empresa asegura que no pone en peligro la privacidad de los empleados porque no se puede rastrear por GPS y sus datos estarán encriptados.
El chip, del tamaño de un grano de arroz, le cuesta a la empresa aproximadamente 300 dólares por trabajador, y se implanta en apenas dos segundos, entre el dedo pulgar y el índice.
¿Para qué sirve? Pues, según explica Three Square Market, el chip agiliza tareas como abrir puertas, acceder a ordenadores, hacer fotocopias, compartir información o pagar compras de máquinas expendedoras mediante tecnologías de identificación por radiofrecuencia.
La empresa utiliza una tecnología de comunicación inalámbrica y de corto alcance similar a la NFC (Near Field Communication). El pasado martes 1 celebraron la llamada “chip party” en la sede de la compañía, y luego el vicepresidente de Desarrollo Internacional, Tony Dannon, realizó una demostración.
El primer ejecutivo de Three Square Market, Todd Westby, aseguró a medios de prensa que la implantación de estos chips es indolora y que su uso es completamente legal, ya que fue aprobado en 2004 por la agencia federal de Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA).
Luego, Westby añadió: “Creemos que es una buena forma de avanzar en la innovación de la empresa (…) Los chips no emiten ninguna señal por sí mismos, tienen que ser leídos con cualquier objeto que tenga un lector de proximidad”.
Este tipo de implantes corporales ya se utilizan en varias empresas europeas. A comienzos de 2017, la empresa sueca BioHax International, socios de Three Square Market, comenzó a usar microchips, que ahora portan alrededor de 150 de sus empleados.
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