A pesar de las lluvias de los últimos meses, los efectos de la sequía siguen causando estragos en Camagüey, donde los embalses están cerca del 23% de su capacidad de llenado y los pozos deprimidos o secos.
De las 53 presas que hay en la provincia solo ocho acumulan poco más de la mitad de su capacidad de agua a almacenar.
Las autoridades locales, por su parte, han puesto en marcha medidas para garantizar el suministro de agua al sector residencial y a importantes renglones de la industria y la agricultura del territorio.
En este sentido se enmarca la ubicación de puntos de fácil acceso para el traslado del agua hacia comunidades alejadas, puesto que a más de 78.000 camagüeyanos se les suministra el agua en la actualidad a través de carros cisterna.
El pasado año 2016 fue el cuarto más seco en la última década, lo que dejó los embalses en este 2017 con un déficit de más de 125 milímetros de lluvia.
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