APP GRATIS

Una mujer sin techo llora por lo que el huracán Irma le quitó

En el poblado villaclareño de Zulueta, en Remedios un hombre confiesa:"Pasé el huracán borracho como un perro, si no, no me quedo aquí"

 ©

Este artículo es de hace 6 años

Aunque las autoridades cubanas aún no han hecho público el número de personas que han perdido sus casas tras el paso del huracán Irma por Cuba, el poblado de Zulueta, en el municipio villaclareño de Remedios, sirve de muestra para hacerse una idea de la devastación.

En un vídeo publicado en Facebook por la periodista local Laura Lyanet Blanco Betancourt, una mujer muestra cómo ha quedado su vivienda, completamente destrozada, y llora porque los vientos huracanados se llevaron el techo de fibrocén que acababa de comprar después de trabajar duro en una 'paladar'.

Su casa ha quedado reducida a un amasijo de tablas por las que se cuela el viento. No queda nada en pie. "Yo aquí solita, cómo voy a estar. Todo me lo llevó", se lamenta desesperada.

En el camino de San Pablo, también en Zulueta, se cayó la casa de un hombre que ayudó a los evacuados durante el huracán, llevando y trayendo una cantina de leche.

En el barrio 83, cerca del estadio de fútbol, se quejan de que el gobierno no ha brindado informaciónni evacuó a los vecinos antes de la llegada del huracán Irma.

Un joven cuenta que tuvo que irse a la casa de su madre porque tiene una niña de cuatro meses con problemas de salud. El techo de su vivienda voló por los aires. Ahora no tiene nada que hacer. Ya le negaron una ayuda porque la casa no tiene los papeles en regla. "¡Mira ahora cómo quedó esto!", dice.

Este joven, padre de una niña de cuatro meses, muestra los desperfectos de su casa.

Un vecino que escucha de cerca la conversación, llama a la periodista para que le eche un vistazo a su "cuartico". "Míralo. Ahí pasé yo el ciclón. Borracho como un perro, si no, no me quedo aquí".

Este vecino de Zulueta se emborrachó para pasar el huracán en su cuartico: "Si no, no me quedo aquí".

Un rancho cercano tiene un árbol encima. Su dueño asegura que antes de que pasara el huracán pidió ayuda a los forestales para cortarlo, pero nadie le hizo caso pese a que tiene una niña pequeña de año y medio. "Si se vira un par de metros más, me hace mierda la casa", dice.

El jefe militar que estuvo atendiendo la zona admite a la periodista que no se prepararon como debían para hacer frente al huracán. "Es verdad que no se trabajó todo lo bien que podía trabajarse", reconoció.

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689


Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada