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El “Museo del Automóvil” de Cuba, un recordatorio de que los cubanos siguen a pie

“Si no hay piezas para mantener rodando los autos que transportan a los cubanos día a día, imagínate cómo será encontrar piezas o materiales para mantener el perfecto estado de conservación de autos museables”, dice su director.


Este artículo es de hace 6 años

Le llaman “Museo del Automóvil” aunque un desvencijado letrero anuncie, a la entrada, que es el “Museo Nacional del Transporte”. El populacho es más sabio que los burócratas en las definiciones.

Se encuentra en la carretera de Juraguá, Santiago de Cuba, y tiene 2700 autos en miniatura fabricados por un curioso artesano español llamado Fermín Fernández Hurado a quien la automovilística le absorbió casi toda su vida.

Además, este singular museo, único de su tipo en Cuba, posee 46 vehículos que por su grado de conservación o valor simbólico califican como reliquias de colección: algunos rodaron por calles de todo el país en la Cuba prerrevolucionaria, otros son vehículos que transportaron por la isla a actores como Alain Delon, Jack Nicholson, o el Príncipe de la Orden de Malta.

En un país donde apenas un por ciento insignificante de la población posee carros, el “Museo del Automóvil” es quizás un sangrante recordatorio de lo Cuba pudo ser y hoy no es.

“En 1959 Cuba era el mayor importador de Cadillacs de América Latina, y el 6to país del mundo en número de vehículos por cantidad de personas. Había 1 auto por cada 26 personas”, dice con amargura José Antonio Salazar, director de la institución.

Réplicas de los autos que usaban el emperador japonés Hiroito, los dictadores Stalin y Hitler e, incluso, del famoso Ford modelo T que manipuló en varios de sus filmes Charles Chaplin, son algunas de las atracciones más exquisitas de la instalación.

La restauración de las piezas museables es un verdadero dolor de cabeza para los anticuarios que protegen el “Museo del Automóvil”.

“Si no hay piezas para mantener rodando los autos que transportan a los cubanos día a día, imagínate cómo será encontrar piezas o materiales para mantener el perfecto estado de conservación de autos museables”, dice Salazar antes de agregar, con sorna, que sin dudas se trata de los efectos de la economía del país “y del bloqueo”.

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Ernesto Morales

Periodista de CiberCuba


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