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Cinco cubanos desaparecidos en República Dominicana

El testimonio, obtenido a partir de la entrevista a familiares y amigos de los desaparecidos que residen en Cuba, relaciona presuntamente el caso con el ex pelotero cubano Ángel Argüelles.

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Este artículo es de hace 5 años

Desde finales de 2016 cinco cubanos -cuatro hombres y una mujer- se encuentran en paradero desconocido en República Dominicana. Así lo informa este reportaje difundido por Cubanet.

El testimonio, obtenido a partir de la entrevista a familiares y amigos de los desaparecidos que residen en Cuba, relaciona presuntamente el caso con el ex pelotero cubano Ángel Argüelles, que fue baleado el pasado 1 de junio por agente de seguridad mientras intentaba fugarse de una cárcel en Dominicana, y que falleció días después en el hospital al que fue conducido.

Argüelles se encontraba en prisión acusado de tráfico de personas, aunque su esposa desmintió ante los medios que eso fuera cierto.

Sin embargo, el padre de uno de los desaparecidos asegura que, entre el 21 y el 22 de diciembre de 2016, los cinco cubanos intentarían salir de República Dominicana hacia Puerto Rico, y estaba previsto que lo harían en un viaje arreglado por Argüelles, desde la ciudad de Romana. Sin embargo, a partir de ese momento no supieron más de ellos.

Un correo electrónico emitido por el consulado de Cuba en República Dominicana, referido por el citado medio, expresa: “Estas cinco personas después de haber sido detenidos en Haina y liberados bajo palabra de repatriación voluntaria, intentaron viajar a Puerto Rico de forma ilegal los últimos días del 2016. A partir de ahí las autoridades dominicanas no pueden confirmar el paradero de ellos.”

Los ciudadanos cubanos que se dan por desaparecidos son Ernesto Vargas Torres, César Rafael Benítez Cedeño, Yumilexys Díaz Martí, Rey Ribeux González y Jorge Luis Soto Cuéllar.

Una amiga de uno de ellos, residente en Canadá, ha realizado averiguaciones y búsquedas a partir del contacto con diversas instituciones dominicanas, y el resultado de momento ha sido infructuoso. También han sido fallidas las gestiones realizadas desde Cuba.

Las edades de los desaparecidos fluctúan entre los 23 y los 55 años, y fuera del país todos esperaban encontrar prosperidad y mayores posibilidades de desarrollo económico.

Un año y medio después de que se perdiera todo rastro de ellos, sus familiares viven ahogados por la incertidumbre de saber qué pudo pasar, aunque mantienen la esperanza de que estén vivos.

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