La ciclista cubana Yurisleydis Carrión Arencibia asegura que los entrenadores y autoridades deportivas de la Isla le destruyeron su carrera.
En una entrevista que concedió a l organización opositora Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), la joven cuenta cómo perdió todas sus oportunidades debido a la corrupción, la discriminación y la manipulación de la que fue víctima.
"Con ellos nunca se puede protestar porque ellos son los que mandan. Ellos son los que ponen las leyes", asegura.
En los primeros juegos panamericanos que la joven participó su entrenador le dijo que debía dejar ganar a la otra cubana. "Era una estrategia deportiva", le explicaron.
Carrión fue obediente y ganó el tercer lugar en la competencia. En los siguientes juegos, en Ecuador, obtuvo la medalla de oro.
En ese entonces llevaba más de un año entrenando en La Habana y no veía a sus familiares. Ganaba 250 pesos en moneda nacional (menos de 10 dólares) y sobrevivía gracias a la ayuda de su abuela, quien le enviaba giros de dinero y cajas de comida a la capital.
A su regreso a Cuba pidió viajar a Santiago de Cuba pero le negaron ese derecho. Los santiagueros, le dijeron, no eran bien vistos. Con ese argumento intentaron retenerla en la escuela.
Ella sacó entonces un pasaje a escondida y se fue a su natal provincia para compartir con su familia. Estuvo entonces varios años separada del deporte pero, luego de dar a la luz a su hijo, comenzó a entrenar otra vez.
Con menos de 2 semanas de entrenamiento "ya le ganaba a todos", dice. Le volvieron a "reconocer" su talento pero no sirvió de mucho.
Una vez más fue víctima del sistema y quedó a la espera de una oportunidad para continuar su carrera.
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