Sayuri Yoshida forma parte de un grupo muy reducido de japoneses que han decidido asentarse en La Habana. Otro de los factores que caracterizan a esta periodista de profesión, de 48 años, es ser dueña de uno de los restaurantes de comida asiática más populares en la capital.
Yoshida arribó por primera vez a la Isla en 2003 en calidad de turista. Durante este viaje conoció a quien sería el padre de su hija, del cual está separada actualmente. Luego de años de tránsito entre Cuba y Japón, decidió instalarse de forma definitiva en 2013 en La Habana Vieja, con el objetivo de criar a su pequeña.
Entonces para sobrevivir, la antigua periodista decidió abrir un negocio especializado en comida japonesa, a pesar de no saber cocinar. Primero vendió crepes -dulces y salados- a través de una ventana, pero los clientes nacionales comenzaron a solicitar platos asiáticos.
Yoshida, por tanto, decidió amplió el espacio, instalar algunos taburetes y reemplazar los crepes con creaciones más enfocadas a la cultura japonesa.
A pesar de la fama con la que cuenta el negocio, Yoshida no niega lo complejo que le ha sido mantenerlo a flote. Sobre todo, por la necesidad de productos que no se comercializan en la Isla. Esto la ha obligado a recurrir a amigos y familiares que viajen a Cuba para traer determinados items.
Ejemplo de ello, el miso, un condimento consistente en una pasta aromatizante, que usa en cada platillo y es preparado por la propia japonesa y sus asistentes. Este proceso -según relata- puede tardar hasta dos años.
Sin importar todos los obstáculos y la inexistencia de una “comunidad japonesa” a la que pueda unirse, Yoshida asegura no extrañar su país de origen al ser Cuba un “lugar tranquilo” en el cual le gustaría vivir por “el resto de su vida”.
Luego de años de trabajo, indica que su negocio sigue enfocado a la clientela nacional, por ello mantiene precios muy accesibles. Incluso, tiene previsto próximamente abrir un nuevo restaurante bajo el nombre de "Tokio-La Habana".
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