APP GRATIS

11 cosas que “sacan del paso” al cubano

Aunque generalizar no suele ser buena práctica, nos atrevemos a afirmar que los cubanos somos una especie única. Tomamos a la vida por los cuernos y con aquello que nos quite el sueño nos ponemos en actitud de, como dirían los abuelos, “quimbombó que resbala pa´ la yuca seca”, o sea mostramos nuestra mejor cara ante las vicisitudes y a lo que no tiene solución no le dedicamos más de un pensamiento.


Este artículo es de hace 7 años

Aunque dicen que generalizar siempre es malo, nos atrevemos a afirmar que los cubanos somos una especie única. Tomamos a la vida por los cuernos y con aquello que nos quite el sueño nos ponemos en actitud de, como dirían los abuelos, “quimbombó que resbala pa´ la yuca seca”, o sea mostramos nuestra mejor cara ante las vicisitudes y a lo que no tiene solución no le dedicamos más de un pensamiento.

Sin embargo, hay más de una cosa que molesta en serio al cubano, ya sea de la isla o de la diáspora, y como decimos en el argot de la isla “nos saca del paso”. A continuación te presentamos 12 que debes aprender a evitar si quieres hacer feliz a tu amigo o pareja de Cuba:

1. La comida desabrida

Los cubanos necesitamos de nuestro sazón tradicional para vivir, es algo que llevamos ya en el ADN; quizá no seamos tan comprometidos con lo salado y lo picante como los mexicanos, pero de igual forma unos frijoles bajos de sal o una yuca sin nada de mojo no tienen cabida en nuestro paladar. La comida cubana se adereza con un sinnúmero de especias, entre las más populares se encuentran la cebolla, el ají, el ajo, el orégano, comino, y otras tantas.

2. El invierno prolongado

Un par de meses “soplando el mono” no nos desagrada, teniendo en cuenta que en Cuba estamos acostumbrados a un calor insufrible durante todo el año. Pero de ahí a que más de la mitad de año haya que salir a la calle con sudaderas, abrigos de piel gruesa, guantes y orejeras, se convierte en un problema para los cubanos, fanáticos autoproclamados de las prendas cortas y de poca tela.

3. Insistir en coger una guagua (autobús) cuando tienes auto

Estás de visita en Cuba y rentas un auto, no obstante, para ahorrar gasolina le insistes a tu amigo cubano en tomar una guagua. Probablemente esa será la última vez que le veas la cara. El transporte público en la isla es una pesadilla con letras capitulares, la falta –y altos precios- de los taxis, la demora de los autobuses y el intenso calor que rige en la calle hacen del sencillo acto de trasladarse de un lugar a otro una odisea de marca mayor.

4. Una casa sin café

El café es por tradición el elixir de todos los cubanos, su aroma penetrante y su fuerte sabor es una de las delicias más cotizadas por los isleños, dentro y fuera de la isla. El ritual del buchito de café es un componente existencial primordial en la versatilidad que distingue a los cubanos, un placer en común que compartimos todos los habitantes de la mayor de las Antillas.

5. La tacañería

Un amigo tacaño es la peor pesadilla del cubano, conocido por brindar lo poquito que tiene con otro que esté necesitado. En la casa cubana se aguan los frijoles si es preciso y se le añade un huevo más a la tortilla con tal de alimentar a un huésped o una visita imprevista.

6. Fiestas sin música bailable

Es imperdonable para un cubano que lo invites a una fiesta donde no se pueda mover el esqueleto. Con tantos géneros musicales que nos circundan, en nuestra condición de latinos y caribeños, para los cubanos no hay nada comparable con un fin de semana dando lo mejor en la pista de baile, al compás de la salsa, el mambo, reguetón, bachata y otros tantos ritmos bailables.

7. Que pienses que sabes más de Cuba que él

ste es sin dudas el error número uno que no debes cometer frente a un cubano si eres foráneo. Existen muchos mitos sobre Cuba y su gente, pero nadie conoce a la isla caribeña mejor que un cubano. Que deberíamos “ser felices porque la salud y la educación son gratis” o que “la falta de internet es buena porque nos aleja de la globalización”, son algunas de las “brillantes” conclusiones que muchos extranjeros sacan sobre la isla y, más allá de estar tergiversadas o no, nunca reflejarán por completo la realidad que afrontamos día a día.

8. Que lo vinculen siempre con la política

“¿Dime, qué crees tú de Fidel?” o “¿Eres comunista?” son preguntas muy frecuentes que nos hacen a los cubanos en el extranjero o foráneos que vienen de visita a la isla. El sistema político que rige en Cuba ha servido de trending topic para incontables medios de comunicación que, con buenas o malas intenciones, han terminado por echar más tierra sobre una realidad bastante polémica. Desde 1959, las jóvenes generaciones que emergían lo hacían bajo una constante propaganda, en varios casos los niños aprendían primero lemas y consignas y luego a leer. Muchas familias se rompieron por diferencias políticas y en la mayoría de los casos, buena parte de la misma terminaba emigrando a raíz de su posición ideológica. Por esas razones, entre otras tantas, el cubano que reside en el exterior está un poco predispuesto a hablar de la política de su país.

9. Un país sin playas

Podemos aguantar unos meses sin darnos un chapuzón, pero ¿años? ¿décadas? Eso está más difícil. Aunque el flujo migratorio cubano es constante y no discrimina ningún país de acogida, para los habitantes de la mayor de las Antillas, un país sin playas es una de las cosas más desalentadoras con las que podría toparse. En Cuba, estamos acostumbrados a vacacionar aunque sea una vez al año en nuestras hermosas playas.

10. El calor de Cuba en invierno

Cualquiera está preparado para un poco de calor en el verano, incluso para temperaturas que fácilmente podrían partir un termómetro a la mitad (tal es el caso en Cuba), pero nada, absolutamente nada te prepara para afrontar 32 grados Celsius en pleno diciembre, eso son “otros diez pesos”, como se dice en buen cubano. Así ocurre en la isla, el invierno en Cuba se ha limitado a pocas semanas que, alternadas entre diciembre y febrero, son el único respiro que tenemos para escapar del sofocón que vivimos diariamente y sacar del closet la bufanda que nos regaló la abuela, el cuello de tortuga que compraste en la feria de artesanía, y otras tantas prendas de invierno.

11. Restaurantes Gourmet a.k.a “poca comida en el plato”

Pasar trabajo comiendo es la peor pesadilla del cubano, conocido por agarrar el pollo con la mano y zamparse un plato lleno de arroz con frijoles. La comida gourmet, ese pequeño filete de colibrí en un rincón del plato, aderezado con miel de abejas africanas y fresas salvajes cultivadas en el jardín de la reina Isabel, no es para nosotros. Si te toca prepararle la cena a un cubano, más te vale no dejar que se vea la superficie del plato, todo debe estar cubierto, preferiblemente de arroz (blanco, congrí o amarillo). Eso de varias servilletas y una decena de cubiertos tampoco nos pega mucho, nuestro protocolo en la mesa es más simple: que no falte la risa, la buena sazón cubana y una conversación agradable.

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:

Últimas noticias:

Últimos vídeos:


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689