Entre los seres míticos de la tradición oral cubana existe uno muy popular, el Güije. En algunas regiones de Cuba es también conocido como Jigüe y se cree que sus historias provienen de las interrelaciones culturales entre aborígenes, hispanos y africanos.
¿Qué es un Güije?
En casa solían desaparecer los juguetes de modo misterioso para mi hija. En una oportunidad vino a verme angustiada porque no encontraba algo. Le respondí tranquilamente: “Lo tiene el Güije. Búscalo en la bañera.” Para su sorpresa el juguete estaba allí.
Mi hija se quedó muy confundida, hasta que me eché a reír. Pero jugar con la fantasía infantil es cosa seria. Recogí mi carcajada y le conté quiénes eran los güijes, por qué vivía uno en nuestra casa y cómo podíamos deshacernos de él.
La historia de los güijes es muy antigua
En el año 1836 el lexicógrafo Esteban Pichardo y Tapia documentó el mito de los jigües o güijes. Los describió como unos enanitos pequeñísimos, con mucho pelo, traviesos y juguetones, que habitaban en los ríos y lagunas cubanos.
La palabra jigüe también se usa para nombrar un árbol maderable. Pero no se sabe si por buscar madera cerca de los ríos, o por qué, había personas en Bayamo que sostenían haber visto unos brujos negritos diminutos que les gustaba bañarse desnudos, y también se llamaban jigües.
Tanto se habló de aquellos traviesos seres, que sus aventuras se volvieron parte de la tradición oral de muchos campos de Cuba, sobre todo, de aquellos con ríos y lagunas.
Antropólogos cubanos piensan que el manatí tuvo que ver con la formación del mito de los güijes
El manatí es un mamífero acuático que se asocia a diversas leyendas. Se dice que marineros y piratas los confundían con sirenas porque visto bajo el agua tiene una silueta humanoide. Quizás por eso, en la oscuridad de la tarde, la gente que vivía cerca de un río podía confundirlos con un güije.
Güijes y manatíes convivieron felices en el imaginario popular, hasta que los segundos comenzaron a ser exterminados por los humanos. Perseguían su exquisita carne, al punto que, es en la actualidad una especie amenazada de extinción en Cuba.
Pocas son las personas afortunadas de ver un manatí cubano y, por tanto, pocos los que pueden suponer la presencia de un güije. Si alguna vez navegas por un río en Cuba, mantente atento, quizás tengas la suerte de sentir un sonido similar al humano.
Y si por casualidad de la vida tienes un güije travieso en casa, y necesitas cinco soluciones curiosas para que deje de desaparecerte las cosas, no olvides pedir otro artículo de estos.
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