Hillary Clinton ha reaparecido en la Cumbre Mundial de Mujeres en Nueva York, y lo ha hecho en la que ha sido su primera entrevista después de su derrota en las elecciones de Estados Unidos, y sólo unas pocas horas antes del ataque de Estados Unidos a una base militar en Siria.
La demócrata aseguró durante la entrevista que Estados Unidos debería bombardear las bases militares de Siria "para detener a Bashar al-Assad y que deje de atacar a personas inocentes."
La ex-candidata a la presidencia de Estados Unidos ha precisado que ella defendía, cuando formaba parte de la administración Obama, que desde Estados Unidos se tuviera una actitud más enérgica en relación con el Gobierno sirio.
"Creo que deberíamos haber estado más dispuestos a enfrentar a al-Assad", dijo Clinton en la entrevista, dirigida por el columnista del New York Times, Nicholas Kristof.
Clinton también habló sobre la presunta ingerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, que calificó de "robo más efectivo que el de Watergate", refiriéndose al escándalo político estadounidense de los años 70 que llevó a la renuncia del presidente Richard Nixon. Clinton pidió que se haga una investigación bipartidista sobre el presunto hackeo ruso.
Hillary precisó: "No quiero que ningún candidato republicano sea sometido a lo que fui sometida. No quiero que nadie haga campaña para que se roben sus comunicaciones".
Y añadió:
"No vamos a dejar que alguien que esté sentado en el Kremlin trate de estropear nuestras elecciones, tenemos que terminar con eso y tenemos que asegurarnos de que es un compromiso bipartidista y estadounidense".
La entrevista fue hecha ante una audiencia de unas 3.000 personas en el Lincoln Center de Nueva York.
Clinton atribuyó su pérdida tanto a Wikileaks como al director del FBI, James Comey, quien envió una carta al Congreso pocos días antes de las elecciones, en la que anunciaba que estaba restableciendo una investigación sobre sus correos electrónicos.
Cuando se le preguntó si era agridulce ver los tropiezos de la administración Trump en sus primeros días, Clinton negó a estar de acuerdo: "No tengo ningún placer en ver un tipo de funcionamiento caótico".
Hillary Clinton precisó que no tiene intenciones de aspirar a otro cargo público, y dijo que está escribiendo un libro que, en parte, profundiza en lo que descarriló su intento de convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos.
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