Más de la mitad de los ómnibus urbanos de Pinar del Río están paralizados. De las 109 guaguas asignadas a la provincia, 56 están en talleres, según publica el diario oficialista Guerrillero, que admite que la situación del transporte público en el territorio "es compleja".
De 71 ómnibus Diana, 39 (más de la mitad) no están circulando por falta de neumáticos, principalmente. El estado de las carreteras no ayuda. Los tramos en zonas periféricas son los que están en peor estado. Entre ellos destacan los que conducen a Punta de Palma y Río Sequito
Para aliviar la situación, desde este lunes el Grupo Empresarial que gestiona la movilidad en la provincia ha contratado a 10 porteadores privados para reforzar las principales rutas, a las que, además, han destinado los ómnibus de mayor tamaño. De esta forma creen que podrán descongestionar las líneas de más demanda en hora pico (de seis a ocho de la mañana).
El Gobierno le paga el combustible a los porteadores privados que refuerzan el transporte a cambio de que cobren el pasaje a dos pesos cubanos.
El Partido provincial ha hecho un llamado a exigirle más a los inspectores para que controlen "la disciplina" en los puntos de embarque.
La situación de Pinar del Río no es un caso aislado. En marzo pasado las autoridades de La Habana reconocieron que el éxodo de chóferes en el transporte público "afecta seriamente la movilidad" en La Habana, donde al día se dejan de transportar 700.000 pasajeros, lo que significa un déficit de 600.000 pesos cubanos (unos 24.000 dólares), según la estatal Empresa Provincial de Transporte.
El resto del año se hace más llevadero, pero en cuanto llegan los meses de julio y agosto y aumenta el trasiego de viajeros en vacaciones, en Cuba se destapa la crisis crónica que desde hace al menos dos décadas sufre el transporte público en la Isla.
En provincias como Guantánamo, la "apretazón" ha provocado incluso incidentes a machetazo limpio dentro de los ómnibus urbanos.
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