Nadie sabe a ciencia cierta cuántas seres humanos caben en una guagua cubana. La prensa oficialista de Guantánamo admite que la relación cantidad de personas-espacio físico desafía las matemáticas en la provincia. Según informa el diario Venceremos, la "apretazón" no tiene límites, pero sí explicaciones.
La escasez de ómnibus deriva en agresiones verbales, empujones, discusiones entre pasajeros que en ocasiones llegan a la violencia física; malestar entre los viajeros por la música alta o conversaciones a grito pelado entre personas ubicadas en los extremos opuestos del ómnibus. A eso hay que sumar que los pasajeros se roban los tornillos de los asientos o los rompen a machetazos. De hecho hay cuatro personas encausadas por este último motivo.
Para mover a los 200.000 habitantes de Guantánamo sólo hay 73 ómnibus urbanos que hacen 10 rutas en las ciudades. Otras 43 Dianas enlazan a comunidades periféricas como Paraguay, Cecilia, Maqueicito, Maquey, La Jabilla, Ullao, Boquerón, Cayamo y Hatibonico. Éstas tienen capacidad para 44 pasajeros cada una (26 sentados y 16 de pie). Es justo el tamaño de las Dianas lo que más afecta al transporte de pasajeros. Mueven muy poca gente.
Hay que sumar, además, nueve Yutong que se destinan a la ruta 5, que va del centro (calle Pedro A, Pérez y Ramón Pinto) hasta la vocacional de Ciencias Exactas y siete Daewo, con una década de antigüedad a las que los propios transportistas llaman "línea muerta" porque ya no se fabrican ni existen piezas de repuesto.
El transporte público mueve cada día 49.000 pasajeros en Guantánamo y las guaguas más llenas cubren las rutas 5,9,2 y 6, que van de la ciudad a los centros de servicio más importantes (hospitales, etc).
Como ocurre en todo el país, la percepción de la gente es que "el transporte no es suficiente". Y tienen razón. Hay 10 Dianas paradas en talleres. Las que funcionan están sobreexplotadas y eso acelera su deterioro. Las guaguas rotas pasan paradas al menos 15 días aunque algunas Yutong llevan cinco meses a la espera de que lleguen piezas.
A las Dianas, lo que más les fallan son las ruedas, pero no es lo único. También sufren las pieles de los frenos y los muelles debido al mal estado de las carreteras y los baches.
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