Los guardafronteras cubanos ha rescatado en aguas de la Isla a 500 personas en 97 solicitudes de auxilio hechas de enero a agosto de este año. Además se recuperaron los cadáveres de 10 personas que perdieron la vida en accidentes marítimos.
Estos datos superan a los de todo 2017, cuando recibieron 87 llamadas de socorro y prestaron asistencia a 297 personas. Entre ellas hubo 15 evacuaciones médicas.
El Ministerio del Interior asegura que la mayoría de los rescates son de barcos cubanos dedicados a la pesca deportiva, aunque también se han dado casos de embarcaciones de recreo extranjeras.
En el caso de los cubanos, influye, según el diario Granma, el embargo norteamericano, que impide la modernización de la flota. De ahí que la mayoría de las embarcaciones sean artesanales, frágiles y vulnerables en el mar.
Sin embargo esta teoría hace aguas. En el año 2014, Cuba entregó a la Armada de Venezuela la primera nave de patrullaje construida en la Isla. Se trató del Patrullero Guardacostas, Modelo Stan Patrón 4207, considerado en su momento como uno de los más modernos del mundo. Según publicó Cubadebate, contaba con alta tecnología, casco de acero de bajo espesor y superestructura de aluminio. Todo su funcionamiento estaba controlado por computadoras.
Falta de percepción de riesgos
Por otra parte, las autoridades cubanas achacan los rescates en alta mar a "la falta de percepción de riesgo de los tripulantes de las embarcaciones, a fallas mecánicas y al incumplimiento de medidas de seguridad".
En muchos casos, los rescatados salieron en condiciones meteorológicas desfavorables y sin chalecos salvavidas ni medios de comunicación.
Para prevenir este tipo de situaciones los guardafronteras aconsejan a quienes se echen a la mar informar a alguien de la hora de salida y la previsión de regreso; llevar al menos un chaleco salvavidas por tripulante, algún medio de comunicación, asegurarse de que lleva combustibe suficiente o portar una radio para enterarse del parte del tiempo.
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