El Gobierno de La Habana ubicó en unas oficinas de inspectores estatales al menos a cuatro familias del edificio de Prado 567, de las 16 que viven allí, luego de protagonizar por varias semanas una protesta pacífica en los portales de la vetusta edificación con el fin de reclamar una solución.
Yosniel Enríquez, uno de los afectados y protagonistas de la protesta, aseguró a CiberCuba que las autoridades les dijeron que eso sería una medida provisional, hasta que se terminen de construir los edificios donde deben vivir.
"Pero imagínate, lo mismo estamos aquí seis meses que seis años, esperando", dijo el joven cubano.
En el local, ubicado en la calle Sol, entre Cuba y San Ignacio, comparten el espacio las familias con todas sus pertenencias en lo que era el comedor de las oficinas estatales.
"El baño es también compartido, y debemos cargar el agua en cubos", dijo Enríquez a este medio a través de una llamada telefónica.
El joven cubano compartió algunas imágenes del sitio, donde se pueden ver la condiciones donde viven y la alimentación que les dan.
"En mi vida había comido yo albóndigas de harina. Malísimas. Por eso decidimos cocinarnos nosotros mismos porque no nos gusta el sancocho ese que nos traen", señaló.
En declaraciones anteriores a este medio, Enríquez dijo que no aceptarían soluciones temporales, pero la seguridad de sus hijos pesó más y decidieron aceptar el traslado.
"Esto es pan para hoy y hambre para mañana, pero aquí los niños estarán mas seguros", finalizó.
Yosniel Enríquez decidió instalarse con todas sus pertenencias en el portal del edificio donde había vivido hasta el momento. El objetivo era llamar la atención de las autoridades para que tomaran una decisión urgente con ellos, ya que su vida y la del resto de los se encuentra en peligro por las condiciones de la edificación.
Desde el Gobierno central aseguran que el tema de la vivienda es prioridad en Cuba, pero lo cierto es que la situación es compleja y hay un plazo de 10 años para solucionar la crisis.
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