El régimen cubano reconoció este miércoles el fracaso de las medidas para controlar la inflación en la isla, donde los precios se han disparado en un 45% en comparación con igual periodo de 2022.
El ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, dijo ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento que las medidas adoptadas para el control de precios han sido ineficientes y que esto impacta en la población y su poder adquisitivo, citó el diario gubernamental Granma.
El índice de precios al consumidor registró al cierre del año 2022 un crecimiento de 39% y desde inicios de año se muestra un crecimiento de los precios de 18%, señaló.
Pero la situación es peor si comparamos el alza con igual periodo del pasado año (enero a julio): los precios han aumentado un 45%, subrayó el funcionario.
Sin embargo, Regueiro Ale achacó la inflación desenfrenada al embargo estadounidense y a que Cuba tiene “una economía abierta que no escapa a la difícil situación internacional caracterizada por el incremento de los costos”.
Dijo al respecto que esos factores han generado “altos déficit fiscales en los últimos años” que ahora presionan “nuestra economía”.
Entre las medidas que adoptó el régimen y fracasaron en el control de la inflación –Cuba registró una inflación anual cercana al 87% al cierre de mayo– estuvo la regulación de precios por los gobiernos locales para algunos productos agropecuarios y la vinculación directa de las entidades presupuestadas que prestan servicios básicos (salud, educación, deporte y cultura), que les permitan concertar precios y suministros estables.
También se determinó la aprobación por las autoridades locales de bonificaciones de los impuestos sobre ventas y servicios, el control y exigencia a las entidades comercializadoras estatales sobre el ajuste de sus márgenes comerciales, y la intensificación de las acciones de comunicación sobre los precios concertados y los resultados de los controles realizados, detalló el ministro.
Ahora el régimen propuso otro paquete de medidas, como “fortalecer a nivel de Gobiernos locales, el sistema de trabajo para el seguimiento y control de los precios en todos los sectores de la economía, estatal y no estatal”.
Además, “consolidar el mecanismo de concertación de precios de productos de impacto en la población, con base en el estudio integral del proceso de producción-comercialización; desplegar un amplio proceso de capacitación y preparación de las instituciones y actores económicos que asegure la implementación de la Metodología; así como elaborar, aprobar e implementar la regulación general sobre los índices máximos para la formación de precios en la actividad comercial que desarrollan las formas de gestión no estatal con base en la importación”.
También “incrementar las acciones de monitoreo y control sobre los precios, a partir del fortalecimiento de los equipos institucionales de inspección y verificación, y del control popular; e intensificar por el MFP y su sistema el programa de verificación del ejercicio de las facultades de aprobación de precios, descentralizadas a organismos, órganos y a entidades empresariales”.
La mayoría de las propuestas atacan el síntoma, pero no la enfermedad. A pesar de los anuncios del régimen la población sigue padeciendo las consecuencias de las erráticas políticas económicas implantadas en 2021, la baja producción de alimentos en la isla y la inflación desmedida.
En ese contexto miles de cubanos se han sumado a la línea de la extrema pobreza, han sido publicados videos de personas que se desmayan de hambre en las calles cubanas, mientras crece la mendicidad y la violencia asociada al robo en todo el país.
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