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La situación del abasto de agua en Santiago de Cuba ha cruzado el umbral de lo crítico, pues en municipios como Songo-La Maya las personas han esperado hasta 85 días para recibir el servicio, según reconoció la Empresa de Acueducto y Alcantarillado Aguas Turquino.
En Palma Soriano, el municipio más poblado de los siete que atiende la empresa, la situación es especialmente alarmante: de los 300 litros por segundo que debería recibir, solo llegan 150. La ciudad, con cerca de 70,000 habitantes, tiene zonas donde el ciclo de entrega supera los 30 días, señaló la directora general de la entidad Maricela Fernández Hernández.
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Ese municipio “tiene roturas reiteradas en los equipos de bombeo; en La Teresita colapsaron los equipos y la Presa Hatillo no está bien”, admitió Fernández en declaraciones al periódico Sierra Maestra, sin ofrecer detalles técnicos ni plazos concretos para su recuperación.
La gravedad se extiende a los municipios de San Luis y Songo-La Maya, donde el río Guaninicum, principal fuente de abasto, está deprimido. En el caso de San Luis, “los sistemas no tienen respaldo con grupos electrógenos de emergencia, por lo que los apagones y la mencionada sequía han sido la principal causa para que existan zonas donde el agua se recibe tras 70 días; similar situación hay en el poblado de Dos Caminos”, explicó.
Con los equipos de bombeo averiados, “hubo ciclos en Songo de más de 85 días, al igual que en La Maya”, si bien “hoy trabajan los equipos con sus grupos electrógenos”, puntualizó la directiva.
La única novedad es la instalación de un nuevo motor en el sistema Río Grande urbano, que apenas representa un pequeño respiro en un panorama desolador.
En Baire, localidad del municipio de Contramaestre, el sistema de distribución depende parcialmente de paneles solares fotovoltaicos, pero la crisis energética actual y prolongados apagones han estirado los ciclos hasta los 21 días. Mientras tanto, se ejecutan “obras ingenieras” en Maffo y Nápoles, donde las roturas afectan seriamente el bombeo, indicó el diario.
En Mella, continúan las reparaciones por salideros en la conductora principal. En Tercer Frente, aunque el ciclo es de siete días, la “turbiedad en el agua” tras las lluvias convierte ese servicio en algo muy lejano a potable.
La respuesta oficial se resume en una frase: “Llegar primero hasta los que tienen las mayores afectaciones, con ciclos que superan los 80 días”. Pero no hay garantías. Sin piezas de repuesto, sin combustible, sin capacidad de respuesta inmediata, las prioridades se convierten en listas de espera interminables.
Varias zonas de Santiago de Cuba, incluidas áreas como Punta Gorda Alta y Aguadores, enfrentan serias dificultades debido a la falta de abastecimiento de agua potable, una situación que se prolonga por más de cuatro meses.
Esto ha obligado a las familias a buscar fuentes alternativas para abastecerse, lo que ha incrementado los desafíos, pues la situación no sólo afecta las necesidades domésticas, sino también la higiene y salud pública en estas comunidades.
La crisis del agua en Cuba ha llevado a los ciudadanos a salir al campo a conseguir el líquido para poder cubrir necesidades básicas, mientras otros han acudido a soluciones extremas para realizar faenas indispensables como lavar la ropa.
Junto con el deterioro de la calidad de los servicios básicos, varias provincias sufren una intensa sequía que ha obligado a alargar los ciclos de suministro de agua.
En provincias como Sancti Spíritus, en apenas un año se duplicó el número de personas que recibe agua a través de carros cisternas, de unos 40,000 en mayo de 2024 a cerca de 82,000 en la actualidad.
Sin embargo, la situación se complica por problemas estructurales: continuos apagones, fugas en las tuberías y la disminución de las reservas subterráneas afectan la eficiencia del sistema.
Además, se evidencian dificultades para suprimir las pérdidas en los principales salideros y en las cisternas de los edificios multifamiliares, lo que agrava aún más el desafío de garantizar un suministro estable en un contexto de escasez.
En septiembre de 2024, más de 600,000 cubanos estuvieron sin acceso al servicio de abastecimiento de agua potable y el Instituto de Recursos Hidráulicos culpó a los apagones.
Preguntas frecuentes sobre la crisis del agua en Santiago de Cuba
¿Por qué hay escasez de agua en Santiago de Cuba?
La escasez de agua en Santiago de Cuba se debe a la combinación de roturas en los equipos de bombeo, falta de respaldo con grupos electrógenos y una intensa sequía. Estos problemas se agravan por la crisis energética que enfrenta el país, lo cual interfiere en el ciclo de suministro de agua potable en varias zonas de la ciudad.
¿Cuáles son las zonas más afectadas por la falta de agua?
Los municipios de Songo-La Maya, Palma Soriano y San Luis son de los más afectados. En algunos de estos lugares, los ciclos de abastecimiento de agua han superado los 80 días, dejando a los residentes en situaciones críticas y obligándolos a buscar fuentes alternativas para abastecerse.
¿Qué medidas ha tomado el gobierno cubano para mejorar el suministro de agua?
El gobierno cubano ha intentado paliar la situación mediante la instalación de un nuevo motor en el sistema Río Grande urbano, pero estas acciones son insuficientes para resolver la crisis estructural del suministro de agua. Las autoridades han priorizado llegar a las zonas más afectadas, pero sin piezas de repuesto y combustible, las soluciones a largo plazo son inciertas.
¿Cómo afecta la crisis del agua a la vida diaria de los santiagueros?
La crisis del agua afecta gravemente a la vida diaria de los santiagueros, impactando la higiene, la salud pública y las necesidades domésticas básicas. Las familias se ven obligadas a buscar fuentes alternativas de agua, lo que incrementa los desafíos diarios y el malestar social en la región.
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