La tradicional invasión de la conga “Los Hoyos” en Santiago de Cuba terminó marcada por un fuerte despliegue policial, represión y miedo.
Según denuncias del periodista Mayeta en redes sociales, lo que debía ser una celebración cultural y popular, derivó en una jornada vigilada, intervenida y tensa, donde la música fue rodeada por tropas especiales, patrullas y agentes del Ministerio del Interior.
En una serie de publicaciones acompañadas de videos, el periodista independiente denunció cómo las fuerzas represivas del régimen cubano tomaron el control del evento desde sus primeras horas.
“La represión policial se apodera de la Invasión en la Conga Los Hoyos”, escribió, mostrando imágenes del despliegue de tropas y la vigilancia sistemática en las principales esquinas del recorrido.
“El pueblo goza, pero vigilado”, afirmó Mayeta, mientras señalaba la presencia de patrullas y agentes encubiertos monitoreando cada movimiento.
“Ya no es una fiesta, es un operativo con música”, comentó un residente entrevistado en una de las publicaciones.
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En un segundo video, Mayeta destacó que había “más policía que bailadores” en la conga, una tradición que normalmente recorre barrios enteros como antesala del Rumbón Mayor o Carnaval Santiaguero.
Esta vez, la jornada estuvo “custodiada, intervenida y ensombrecida por un desproporcionado despliegue policial”.
Testigos relataron episodios de violencia: jóvenes golpeados, mujeres empujadas, celulares arrebatados, y miradas marcadas por el temor.
“La violencia no hizo distinción”, afirmó el periodista, mientras recogía testimonios de músicos que, bajo anonimato, expresaron sentirse presionados: “Ya no se toca con alegría, se toca mirando por encima del hombro”.
En una tercera publicación, Mayeta documentó uno de los hechos más graves: una brutal golpiza a un joven por parte de agentes del Ministerio del Interior en la calle Trocha, frente a edificios multifamiliares.
Los vecinos, desde sus balcones, gritaron desesperadamente para intentar detener la agresión: “¡No lo golpeen! ¡Déjenlo! ¡Ya basta!”
La represión, denunció, no se limitó al control policial, pues también hubo reportes de enfrentamientos con armas blancas, robos de teléfonos y detenciones sin explicaciones ni garantías procesales, todo mientras los medios oficiales mantenían silencio.
“La verdadera invasión fue la del miedo”, concluyó el periodista, al afirmar que la alegría popular ha sido secuestrada por el aparato represivo del régimen, que transforma cada expresión de cultura en una demostración de fuerza.
Las tradicionales invasiones de las congas santiagueras, una forma de “válvula de escape” al descontento, incluyen una serie de coritos en los que, de forma espontánea, la población critica al régimen.
Este detalle, unido a la descomunal congregación de personas, hacen que el régimen vigile fuertemente dicha manifestación cultural que, en un santiamén, podría convertirse en una gigantesca protesta popular.
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