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En medio de una realidad marcada por la escasez, los precios inflados y la desesperanza cotidiana, una vendedora de garaje en la Isla de la Juventud ha demostrado que la decencia no está extinguida en Cuba, al publicar un mensaje para localizar a una clienta que, sin saberlo, le pagó más de lo que costaba una saya y a quien desea devolverle el dinero.
Leissa Rojas Gutiérrez no sabe cómo se llama la mujer ni tiene manera de contactarla, pero aun así escribió en el grupo en Facebook de compraventa local Revolico Isla de la juventud Compra/Ventas(Rich Cuban) para dejarle claro que el dinero está guardado y que la espera cada sábado en su puesto habitual, ubicado entre las calles 37, entre 28 y 30.
Aunque la información no lo precisa, presumiblemente se trataría de una dirección en la ciudad de Nueva Gerona, capital de la Isla de la Juventud.
En medio de la agudización de la crisis económica, gestos de bondad como este son raros y muy apreciados.
El gesto desató una oleada de mensajes positivos en Facebook, donde muchos destacaron su honestidad, su ejemplo y la rareza de un comportamiento así en tiempos donde la necesidad ha convertido la estafa, el abuso y el oportunismo en parte del paisaje cotidiano.
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“Quedan pocas personas honestas”, “usted es digna de admirar”, “si nuestros dirigentes fueran así, Cuba fuera un paraíso”, comentaron usuarios conmovidos, que no solo valoraron la acción individual, sino que la contrastaron con la falta de integridad que hoy permea desde lo alto del poder hasta muchas esferas del día a día.
La honradez de Leissa no es solo una historia bonita: es un acto de resistencia ética que expone, sin pretenderlo, el vacío moral de muchos que deberían dar el ejemplo desde arriba y no lo hacen.
Zucel Sandy Mosqueda, miembro del grupo de Facebook “La Gente del Salao”, en Santiago de Cuba, compartió recientemente su agradecimiento a la persona que le devolvió su monedero con todos sus documentos y una suma considerable de dinero, sin que faltara absolutamente nada.
En junio, una trabajadora de un hotel de Varadero devolvió una bolsa con 30,000 dólares a su dueño, un gesto que fue sido destacado por la prensa oficialista.
Dos cadetes del Instituto Técnico Militar (ITM) devolvieron en abril una mochila extraviada que contenía una elevada suma de dinero en moneda extranjera, documentos personales y un teléfono móvil. El hecho ocurrió en el municipio Playa, en La Habana, y fue difundido en Facebook por el vocero oficialista Frank Enrique.
En octubre, además, una madre expresó su gratitud en las redes sociales hacia un joven que, con un gesto altruista y honesto, devolvió una tablet que su nieto había extraviado en la parada del vial Colón, en Pinar del Río.
Un cochero en Cárdenas, provincia de Matanzas, fue reconocido en redes sociales a inicios de 2024 por el gesto de devolver la billetera a un pasajero que la dejó perdida en el vehículo de tracción animal.
Preguntas frecuentes sobre gestos de honestidad en Cuba y su impacto social
¿Qué gesto de honestidad realizó la vendedora cubana Leissa Rojas Gutiérrez?
Leissa Rojas Gutiérrez publicó en redes sociales que desea devolver dinero a una clienta que le pagó de más por una saya. Este acto se considera un ejemplo de decencia en un contexto económico difícil en Cuba, donde la honestidad se ha vuelto una rareza muy apreciada.
¿Cómo ha reaccionado la comunidad cubana ante el gesto de Leissa?
La comunidad ha respondido positivamente al gesto de Leissa, destacando su honestidad y considerándola digna de admiración. El acto ha sido visto como un ejemplo raro y valioso de integridad en un entorno donde la necesidad ha fomentado el oportunismo.
¿Existen otros ejemplos recientes de honestidad en Cuba?
Sí, hay varios ejemplos recientes, como el de una trabajadora de un hotel en Varadero que devolvió una bolsa con 30,000 dólares, y dos cadetes que devolvieron una mochila con dinero y documentos. Estos actos de honestidad son vistos como excepciones en la actual crisis económica de Cuba.
¿Cuál es el impacto social de estos gestos de honestidad en Cuba?
Estos gestos resaltan la existencia de decencia y valores éticos en una sociedad golpeada por la crisis económica y moral. Sirven como ejemplos de resistencia ética y contrastan con la corrupción y la falta de integridad en otras esferas del país.
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