Rigondeaux, la retórica del ring y el precio de los pesos

Cuando se hable de Guillermo Rigondeaux, digamos, de aquí a diez o quince años, no pocos especialistas destacarán el talento del boxeador cubano y se preguntarán por qué el pugilista santiaguero no trascendió más. Los expertos tendrán en cuenta que el pedigrí y la disposición de “El Chacal” bastaban para entrar en el selecto grupo de los 100 mejores boxeadores de la historia.

Hoy, junio de 2017, no pocos expertos dialogan sobre la calidad del nacido en 1980 en Santiago de Cuba. No obstante, algunos mencionan entre sus dificultades la incapacidad de inflar sus músculos, agregar libras a su anatomía, para dinamizar eso que han llamado su tonelaje natural, las 122 libras.

Al parecer, muchos olvidan lo mal que le fue a su connacional Yuriorkis Gamboa cuando intentó jugar con los kilogramos y enfrentó en las 135 al estadounidense Terence Crawford. Recuerdan que el guantanamero no se amilanó nunca, pero que también recibió siempre. ¿Quién mira con buenos ojos el maximizado gesto de valentía de Gamboa? ¿Acaso, llegado este punto cree alguien que esa fue una estrategia correcta?

No son pocos los buenos boxeadores que han quedado en ridículo al dejar su(s) categoría(s) para enfrentar a un rival. Es una vileza achacar la mala suerte y los malos ratos de Rigondeaux a su disposición, o no, de subir de peso, cuando muchos han pasado por las 122 sin querer enfrentar al hombre duro de la división. Hace unos días dijo: “Estoy cansado de eso [de no encontrar rivales]. La única manera de que la gente tome peleas conmigo es por mandatorias”, expresó en entrevista exclusiva a Boxing Scene.

“Yo pelearía con los mejores en donde sea, cuando sea. Me gustaría pelear tres veces al año, pero estoy cansado de estar retando gente. Nunca sirve de nada. Las peleas no suceden. Siempre hay una excusa”, añadió el fajador de 36 años de edad.

Entonces, puede ser que en un futuro digan que “El Chacal” no consiguió más gloria por no escalar a divisiones superiores, donde, teóricamente, habría rivales dispuestos a enfrentarlo. Todo sería pura teoría, un asunto muy subjetivo, de ahí que debamos aplaudir con ambas manos al mexicano Moisés Flores (26-0,17).

“Chuky” enfrentará al cubano el próximo sábado 17 de junio en la cartelera Ward-Kovalev 2: “The Rematch”, en el Mandalay Bay Events Center de Las Vegas. Quiera o no, el azteca sabe que cuando suene el campanazo inicial estará en desventaja (no de peso ni de estatura), el nivel de su rival tiene su límite en el cielo, algo establecido desde la cuna y que solo poseen los especiales. Ojalá, cuando se hable de boxeo en lo adelante, sean capaces de advertir que Guillermo Rigondeaux era un pugilista especial; de esos que no abundan.