"Ha sido un golpe realmente duro". El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, ha asegurado en Naciones Unidas que el huracán Irma "no doblegó el espíritu de lucha de los cubanos" y que "nuestro pueblo renace con cada adversidad". Consignas aparte, el canciller reconoce que "ha sido un golpe realmente duro" y aclara que pese a las "ingentes medidas de prevención adoptadas" no se pudo evitar la muerte de diez personas.
Hay que recordar en este punto que habaneros que lo han perdido todo en Centro Habana, tras subir el agua hasta el techo de sus casas, han asegurado a CiberCuba que nadie se pasó a evacuarlos antes de la llegada de Irma.
El balance de los daños provocados por el huracán, que hizo este lunes el canciller cubano en la ONU, centra el foco de atención en tres sectores: vivienda, agricultura y sistema eletroenergético, que han quedado devastados. La magnitud de la tragedia, de la que no menciona datos oficiales, la resume cuando asegura que el fruto del trabajo de años quedó destrozado en pocas horas.
Rodríguez aseguró además que en Cuba "nadie quedará desamparado". Acto seguido agradeció las muestras de solidaridad internacional y brindó ayuda cubana a los necesitados. Incluso mencionó países en los que ya hay cubanos echando una mano. "En Antigua y Barbuda, 54 colaboradores cubanos de la salud, ya laboraban, y a ellos se unieron al paso del huracán especialistas y técnicos en redes eléctricas, todos los cuales contribuyen a la recuperación del país", dijo.
En opinión del canciller cubano, la ONU debe dar prioridad a la ayuda a los pequeños estados caribeños que han quedado destrozados por el huracán Irma. Para ellos pidió un tratamiento "especial y diferenciado".
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