Roberto Morales Ojeda, ministro de Salud Pública y miembro del Buró Político, despidió este viernes en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana a 40 colaboradores cubanos, integrantes del Contingente Henry Reeve, quienes viajaron a México para contribuir con los damnificados de los terremotos que golpearon la nación azteca en el mes de septiembre.
La brigada, compuesta por 19 médicos, 18 licenciados en enfermería, terapia física y rehabilitación, sicología y personal de apoyo, forma parte de la respuesta dada por el gobierno de La Habana, ante la solicitud realizada por México ante las Naciones Unidas esta semana, reclamando ayuda internacional para socorrer a las víctimas de los siniestros. Horas antes, arribó al al aeropuerto de Ixtepec, en el sureño estado de Oaxaca, desde Cuba, un avión carguero con un hospital de campaña.
"Nuestro objetivo siempre es lograr un despliegue territorial extenso en la zona de desastre. En este caso nos dirigimos al estado de Oaxaca, una de las regiones más pobres de México y que más cerca estuvo del epicentro del terremoto del 7 de septiembre", dijo el doctor Rolando Piloto Tomé, subdirector de la Unidad Central de Cooperación Médica y responsable de la brigada.
Piloto Tomé, también estuvo al frente de la brigada Henry Reeve en una anterior misión en el estado mexicano de Tabasco, cuando a mediados de 2007, fue afectado por las intensas lluvias.
La brigada "Henry Reeve" fue creada luego de los sucesos del huracán Katrina en 2005 y desde entonces ha estado presente en varias naciones que han sido afectadas por desastres naturales o enfermedades mortales.
Las ayuda de Cuba a México ocurre en un contexto complicado para el país. Cuba fue devastada por el huracán Irma recientemente, donde al menos diez personas murieron y los daños materiales son cuantiosos (30.000 casas fueron dañadas sólo en La Habana y más de 158.000 en todo el país).
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