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Periodista mexicano asegura que en Cuba "no hay narcos"

Una visión tan idílica invita a una sugerencia: que “Alberto Buitre” se dé un paseo por la Cuba profunda y descubra por sí mismo que el mundo de la droga en la Isla es mucho más complejo de lo que él supone.

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Scarface Foto © UniversalPictures

Este artículo es de hace 6 años

Luis Alberto Rodríguez ―también conocido como “Alberto Buitre”― es un periodista, escritor y bloguero mexicano que se define a sí mismo como un especialista en “terrorismo mediático" y “analista político sobre el polo comunista internacional y los países no alineados”.

“¿Por qué en Cuba no hay narcos?” es un artículo suyo que en los últimos meses ha sido reproducido por varios medios, entre ellos Cubadebate yTelesur (en este último tiene un espacio para su blog).

Periodista mexicano Luis Alberto Rodríguez / Foto: Telesur

Rodríguez parte de asociar el tráfico de drogas con la forma en que se organiza la sociedad en una nación y considera que México es un ejemplo indicativo de ese fenómeno, ya que la violencia de los narcos se disparó en la décado del 80 “cuando el Estado abandonó sus funciones de protección social”.

A ello se sumó el abandono paulativo de servicios públicos (salud, vivienda, educación, cultura), en entes privado que habrían acabado por abandonar “el desarrollismo para dar paso al libre mercado”.

Bajo esa estructura, Luis Alberto Rodríguez considera que “es lógico que prolifere el narco pero también el secuestro, la piratería, la extorsión y la trata de personas”.

En ese sentido, el periodista supone que “la carencia de derechos ha empujado a millones a sacar provecho de la explotación humana”, a lo que ayuda el hecho de que el “narco es un negocio exitoso”.

Ahora bien, ¿Por qué “Alberto Buitre” considera que Cuba es un país libre de drogas y narcotráfico?

Para él Cuba representa todo lo contrario al panorama descrito. Entre las ventajas, cita que la Isla tenga solo fronteras marítimas, pero sobre todo cree que la causa radica en el hecho de que la estructura económica y política del país no favorecen ni el narcotráfico, ni el mercado, ni el consumo.

“La política cubana de “Droga cero” se inserta en un modelo donde lo humano es primero, el dinero después”, explica.

Asimismo destaca que Cuba "puso fin al capitalismo con la Revolución de 1959, y con ello desechó todos los fenómenos asociados al libre mercado, incluido el tráfico de drogas, de la misma manera que la explotación laboral, la coacción sexual, la especulación financiera, la corrupción política y el mercado negro".

“Y aunque si bien es cierto que el que busque marihuana en La Habana encontrará luego de mucho preguntar, se dará cuenta de lo difícil, caro, peligroso y aislado que esto es, precisamente, porque el pequeño traficante sabe a lo que se expone”, dice.

“Alberto Buitre” reduce el consumo de drogas en Cuba a casos muy aislados de consumo de marihuana, ello cuando existen evidencias de que el fenómeno de la droga en Cuba ni es tan “blando”, ni se reduce a esos casos tan aislados que él describe.

“¿Por qué en Cuba no hay narcos?”, se se cuestiona para luego afirmar que “lo que es serio se toma en serio” y alude al que sin dudas es uno de los episodios más delicados y dolorosos de finales de los años 80, la conocida “Causa # 1 de 1989”, que culminó con el fusilamiento de varios militares y cargos cubanos, entre ellos el general Arnaldo Ochoa.

Donde muchos cubanos ven, todavía hoy, uno de los capítulos más negros de la historia castrista, Luis Alberto Rodríguez ve un ejemplo de sobrada eficacia.

“El más claro ejemplo es el caso de Arnaldo Ochoa Sánchez, el famoso 'Caso Ochoa'. Un general de división, combatiente de la Revolución cubana junto a a Camilo Cienfuegos, quien fue fusilado sin miramientos al amanecer del 13 de julio de 1989 por intentar introducir droga del Cartel de Medellín a la Isla. Una lección que ha durado casi treinta años. La gente misma está involucrada en la vigilancia de lo que se consideran conductas antisociales”.

El periodista califica de “lección” lo sucedido, sin miramientos ni medias tintas hacia aquello que muchos otros -cubanos y extrajeros- consideran un “crimen”.

Y añade: En Cuba no hay narcotráfico porque no existen condiciones para que prolifere”.

“En 59 años, nunca un cartel se ha basado en territorio cubano, básicamente, porque hubo una Revolución que barrió con la dictadura y el capitalismo, construyendo en su lugar la estructura de un modelo económico, social, cultural y político tal que han hecho de Cuba uno de los países más seguros del mundo, según las Naciones Unidas”, concluye.

Una visión tan idílica invita a una sugerencia: que “Alberto Buitre” se dé un paseo por la Cuba profunda y descubra por sí mismo que el mundo de la droga en la Isla es mucho más complejo de lo que él supone.

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