Orestes Pérez Jiménez creyó que luego de trabajar durante 47 años para el estado cubano, podría tomarse un respiro cuando se jubilara. Este vecino de Sancti Spíritus se levantó temprano para ir a arreglar los papeles del retiro y el pasado 25 de enero llegó al Instituto Nacional de la Seguridad Social (Inass) de su provincia a las 4:00 de la madrugada y cogió el número 8 en la cola.
En cuanto abrieron las oficinas se llevó un disgusto tremendo porque la funcionaria que estaba allí trabajando dijo que sólo iba a tramitar cinco expedientes, así que tuvo que volver al día siguiente. Un amigo le hizo el favor de guardarle número.
Lejos de resolver su problema y marcharse, Orestes Pérez indagó en las causas del mal servicio que se presta a los jubilados de Sancti Spíritus y las trasladó a la sección Acuse de recibo del diario Juventud Rebelde.
Según le explicaron en el Instituto de la Seguridad Social cubana faltan trabajadores porque el sueldo es muy bajo y nadie quiere hacer ese trabajo.
Orestes Pérez no entiende que un país con un nivel tan elevado de envejecimiento se permita no disponer de funcionarios para atender a lpos jubilados o que estos reciban una pésima atención.
"Es imprescindible mejorar las condiciones en las sedes del Inass, incluidos los salarios de quienes llevan esos procesos, de manera que sean menos traumáticas las gestiones para quienes, luego de una vida de trabajo, necesitan acudir a estos lugares", señaló en su carta al diario oficialista.
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