Cuba invirtió más de 145 millones de pesos en su industria alimentaria, una cifra superior en un 60% a la de 2016, reveló la agencia estatal Prensa Latina.
La publicación asistió a una reunión en la que se hizo un balance del sector, donde se insistió en la necesidad de una mayor producción acuícola y se informó que la producción de camarones el pasado año llegó a las 5.700 toneladas.
Para Juan José Mena, jefe de la división pesquera del grupo empresarial, estos resultados se deben al mejoramiento de la disciplina tecnológica, al esquema de financiación aplicado y al sistema de estimulación de los trabajadores.
En su opinión, el país tiene un potencial de 60 mil hectáreas que pudieran destinarse a la construcción de estanques donde se cultive el camarón.
Cuba ha apostado por la producción de peces de agua dulce, debido a que los recursos pesqueros de la plataforma insular están sobreexplotados, y al mal estado de las embarcaciones de los pescadores cubanos, todo lo cual ha influido en la disminución de la pesca.
Según Prensa Latina, “en el balance se pasó revista, entre otros, al estado de la industria, que recupera su producción de envases”.
Esta supuesta recuperación llama la atención, pues hace solo unos días CiberCuba se hizo eco del diario Granma, que informó de que al cierre de 2017, el Gobierno había invertido más de 265 millones de dólares en la importación de envases como jabas de nylon, etiquetas, latas y cajas de cartón corrugado.
El Ejecutivo cubano ha reconocido que la industria alimentaria no es capaz de satisfacer las necesidades de la población.
En tal sentido Jesús Gómez, director general de Política Industrial del Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal), explicó recientemente a la Agencia Cubana de Noticias que el organismo ha acudido a la inversión extranjera para poder desarrollar varios proyectos, entre los que se encuentran algunos relacionados con el cultivo de peces.
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