La Escuela de Protocolo de la ciudad española de Murcia ha evaluado para CiberCuba qué se esconde detrás del discurso, de la entonación y de la actitud del nuevo presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. Las conclusiones son claras: es un político tranquilo, con tablas, que quiere que la gente lo identifique con la idea de continuidad. "Quiere ser tan conocido como los Castro".
Los expertos dan por sentado que el relevo de Raúl Castro es "una solución de continuidad" que el propio Díaz-Canel se encarga de remarcar. "Siempre tiene en mente a los Castro y se debe a la memoria de Fidel. Su discurso es lento, enfatizando ideas muy despacio para que queden claras, tal y como hacían los Castro. Aunque ostenta cargos políticos desde 1997, es consciente de su papel secundario y lo destaca, pero con la tranquilidad y la seguridad de saber que pronto acaparará todo el poder". Por eso, añaden, no es gratuito que insista en recordar el papel de la 'generación histórica'.
Sobre su personalidad, los expertos en Protocolo retratan a un hombre que "pretende (y consigue) proyectar una imagen de político relajado, tranquilo y seguro de sí mismo. No suele llevar traje, pero sí corbata roja (color escogido adrede). Cuida mucho su aspecto: peinado, afeitado... Es muy abierto con la prensa, a la que suele buscar y recibir. Se siente cómodo atendiendo y siendo atendido por los medios de comunicación, quiere ser tan conocido como los Castro. Recibe bien las críticas, las acepta. Trata de dar una imagen de cambio, aunque la situación apunta a que será la misma. Gesticula mucho para apoyar sus palabras y transmitir que lo que dice es creíble. Tiene mucha confianza en sí mismo", aseguran.
Desde la Escuela de Protocolo de Murcia destacan que cuando Díaz-Canel lleva preparado el discurso apenas mira al público y suele leer. "Quiere convencer con la palabra. Se identifica con el discurso del pueblo, quiere mostrarse como alguien llano, un cubano más".
Sobre su forma de ser, concluyen que es una persona propensa a las bromas en privado, pero serio en público. "Tiene presencia y discurso ante la cámara, es muy buen orador, con muchas tablas. No proyecta ansiedad, nervio ni prisa: sabe que poco a poco conquistará el poder. Aprovecha cualquier ocasión para atacar a EEUU como medio de ganarse al pueblo. En ese sentido también se ha mostrado abierto a permitir el uso de internet".
Finalmente lo retratan como un "hombre inteligente, de mentalidad abierta, dinámico. La oposición le acusa de llevar a cabo una cacería política y él sabe manejar este hecho a su favor. En resumen: sabe lo que la gente quiere ver y oír y ha creado el personaje adecuado".
Para conseguirlo tendrá que limar gestos como el que suele hacer insconscientemente y que, según estos expertos, delatan que siente "asco".
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