La empresa estatal Unión Cuba Petróleo (Cupet) está promoviendo entre sus dirigentes y cuadros la firma de un código ético. En la provincia de Granma se ha organizado un acto en el mausoleo del Che Guevara de Villa Clara, hasta donde se han desplazado los firmantes para comprometerse a "ser fieles a la Revolución".
El diario local La Demajagua esboza el punto clave del código ético de los jefes de Cupet en este territorio: cumplir con los planes de venta.
La gasolina estatal se "desvía" en Cuba al mercado negro, según recogió hace cuatro meses el diario oficialista Invasor tras confirmar que el alto número de transportistas privados que hay en la provincia no se corresponde con las ventas de los establecimientos Cimex, único comercializador minorista de combustible.
"Desvío es un eufemismo para definir el robo descarado", añade el rotativo, que desvela la existencia de puntos fijos en la Carretera Central o la Autopista Nacional donde se puede comprar petróleo. Pero también, puntos "rodando", en busca de clientes.
Cuando en 2016 el Gobierno cubano intentó frenar la venta de combustible en el mercado negro, recortando las asignaciones a las empresas estatales, los boteros (taxistas por cuenta propia) dejaron de recoger pasajeros porque no les salía rentable. Incluso se llegó a hablar de una huelga.
En Cuba no existe un mercado mayorista para los taxistas por cuenta propia, lo que obliga a los almendrones a repostar obligatoriamente en los Cupet. Sin embargo, muy pocos lo hacen. "Raras veces te encuentras un camión habilitando o un carro particular aquí en el Oeste", comenta al periódico de Ciego de Ávila un pistero de un servicentro.
¿Funcionará ahora el código ético?
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