Un tribunal de Bagdad ha sentenciado a muerte a más de 40 mujeres extranjeras y docenas más a cadena perpetua, acusadas de pertenecer a la organización Estado Islámico.
Según el diario The Guardian, las mujeres son juzgadas en audiencias que apenas duran 10 minutos.
Alrededor de 1.000 mujeres han sido arrestadas en las ruinas de los territorios iraquíes y trasladadas hacia la capital para hacer frente al rencor tanto de la sociedad como del Gobierno, que ve un gran porcentaje de culpabilidad en los combatientes extranjeros y sus familias. Nadie habla de reconciliación.
“No se merecen misericordia. Las mujeres también”, dijo Mustafa Rashid, un vendedor de autos en el este de la ciudad.
Muchas de esas presas han quedado viudas por la guerra, y más de 800 están acompañadas por niños o embarazadas.
En algunos casos se habían unido voluntariamente al grupo después de viajar solas desde Europa y Asia central; en otros, lo hicieron con sus parejas, convencidas de que viajaban a la tierra prometida.
Analistas estipulan que más de 40.000 extranjeros de 110 países marcharon en los últimos años a Irak y a Siria para unirse a los yihadistas.
Del total, se estima que hay alrededor de 1.900 ciudadanos franceses y 800 británicos. Ninguno de esos países ha mostrado la más mínima indulgencia hacia ellos.
De hecho, en enero la ministra de Defensa gala, Florence Parly, dijo que aquellos que lograron volver al país serían juzgados.
En Bagdad, la organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que en los procesos judiciales no hay señales de que los abogados desempeñen un papel proactivo, o que se busquen pruebas sustanciales. La justicia depende fuertemente del instinto.
Un gran número de hombres y algunas mujeres iraquíes han sido sentenciados a muerte, y solo una pequeña cifra de extranjeras ha recibido alguna concesión.
Belkis Wille, investigador para Irak de HRW, dijo que en la mente de los iraquíes, del poder judicial y del gobierno, en virtud del hecho de que un extranjero eligió vivir en el territorio de Isis, hay un nivel de agencia en su decisión, “y más culpabilidad”, sentenció.
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