Miami, 26 may (EFEUSA).- Un simple crujido de una puerta o un pequeño surco en el jardín producen terror en el llamado "callejón de los socavones", una zona del centro-oeste de Florida donde las "explosiones" que se producen en el subsuelo engullen viviendas.
"Mi casa se está cayendo. Oigo el crujido y miro fuera y hay un agujero enorme delante", decía el pasado febrero al teléfono de emergencias un vecino de The Villages, la zona del centro del estado del Sol y donde este lunes aparecieron cuatro nuevos socavones.
Son casi dos decenas de nuevos agujeros de grandes dimensiones los que han surgido en el área cercana a la localidad de Ocala (centro de Florida) desde el pasado mes de abril, un hecho que ha obligado a numerosas familias a dejar sus hogares.
Las víctimas de los socavones presencian impotentes como la tierra traga su hogar, pero lo peor viene después "cuando nadie te da respuestas", dice Sue Walters a un canal televisivo local.
"Llevamos aquí solo tres años y no sabía que había socavones. Por supuesto que estoy nerviosa, y enfadada. Vinimos por el maravilloso estilo de vida de aquí y no es tan bonito ahora", subraya Walters, una de las afectadas en The Villages.
Con el inicio de la temporada de lluvias, el miedo a lo que los vecinos identifican como "explosiones" se ha incrementado en el conocido "callejón de los socavones", donde los hundimientos repentinos de tierra no son, por desgracia, algo nuevo.
Florida registra cada año el mayor número de socavones en todo el país acorde con la cantidad de agua que inunda el pavimento.
Según la Encuesta Geológica del estado, se reportaron más de 400 socavones tras el huracán Irma, que azotó Florida el pasado septiembre.
Sin embargo, los expertos aseguran que los números son todavía mayores.
"Muchos propietarios de terrenos no reportan socavones, aunque sean pequeños, para que no se devalúe su propiedad", afirma a Efe James Olson, director de geología y geofísica en la empresa Geohazards Inc.
Es en las zonas residenciales donde mayor afectación están teniendo los socavones, ya que, a diferencia de la construcción de hospitales o centros comerciales, donde es obligatorio hacer pruebas previas para comprobar la seguridad del subsuelo, en casas y apartamentos no hay ninguna ley que obligue a ello.
Una falta de legislación que parece haber llegado a la Casa Blanca, donde esta semana apareció un pequeño socavón en el césped exterior del edificio.
Hubiera sido siempre más probable que los hoyos aparecieran en el campo de golf o el jardín de Mar-a-Lago, la mansión del presidente en Palm Beach (Florida) por el clima tropical de la zona.
Pero es en la costa oeste del estado floridano donde la composición geológica del subsuelo ha motivado el apodo de "callejón de los socavones".
En comparación con la costa este de Florida, donde las rocas sobre las que se asienta la tierra tienen una profundidad de unos 200 pies (60 metros), las rocas en localidades como Orlando, The Villages o Ocala son mucho más superficiales, entre 5 y 20 pies (de 1,5 a 6 metros) bajo tierra.
Es por eso que, aunque las lluvias afecten por igual el estado del Sol, la composición del subsuelo hace que el agua acumulada sature el terreno y se encauce en las cavidades existentes, provocando el movimiento de tierra.
"El subsuelo rocoso de Florida es mucho más joven que el del resto del país", dice el geólogo, que asegura que 30 millones de años "no es nada", aunque parezca mucho tiempo.
Los otros estados del país "no le siguen ni de lejos" a Florida respecto al número de socavones que sufren sus vecinos y, a juicio de Olson, los intentos de reparar estos agujeros son como "vendas" y no remedian el problema de raíz.
"Cuanta más agua tengamos, más socavones habrá. Seguro que tendremos un pico de socavones ahora. El riesgo aumenta después de las lluvias de verano", alerta el experto.
En julio pasado un gran socavón de unos 200 pies de diámetro (61 metros) se tragó dos casas en Land O'Lakes (oeste de Florida), un caso más que pone en riesgo de convertir al "callejón" en una angustiada "gran avenida" de socavones.
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