A finales de los años 90, varias cadenas de tiendas en divisa levantaron quioscos, también conocidos como contenedores, en consejos populares urbanos y rurales, una iniciativa que se concibió solo para un par de años.
Dos décadas después, aún se mantienen y, a pesar de la escasez general del país, están en la preferencia de los cubanos pues acercaron este servicio a muchas comunidades y barrios ‘olvidados’.
Luego de la noticia de que parte del reordenamiento comercial que iniciaría la Cadena de Tiendas Caribe -antes TRD- y Cimex, incluía la eliminación paulatina de estos puntos de venta, cundió el pánico.
Aún peor fue cuando los directivos de estas cadenas, en un intento por calmar la angustia de la población, explicaron que en los lugares donde no existiese un servicio similar para suplirlo, ambas realizarían inversiones en locales más aptos y seguros comercialmente.
La directora de la División Centro de la Cadena de Tiendas Caribe, Marta Rivero Lima, que tiene 93 quioscos a su cargo, explicó al medio villaclareño Vanguardia que se espera llevar a cabo esta transición en un período de 23 meses, lo que ya de por sí supone un propósito de gran complejidad por el impacto social y económico que implica.
Acerca de la razón para eliminar estos establecimientos, Rivero explicó que muchos de estos quioscos están “fabricados con paneles que resultan muy vulnerables. De hecho, algunos han sido abiertos en cinco y seis ocasiones, no siempre se ha logrado identificar a los autores de los delitos, y la seguridad de nuestras unidades no es una condición opcional ni admite dilaciones”.
Lo cierto es que la población conoce estas promesas y muchas familias dependen de estos quioscos para tener acceso fácil a productos de primera necesidad. Esperar a que el Gobierno invierta en locales para contruir tiendas en cada localidad que solo cuente con estos establecimientos, es esperar un eterno milagro y avizorar nada esperanzador para el futuro de estas comunidades.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: