En investigación realizada en Granada, España y publicada en la Revista Española de Investigaciones Sociológicas se realizaron entrevistas a personas mayores de 63 años y se comprobó que en la actualidad los mayores prefieren la intimidad y la libertad a vivir en compañía de sus hijos. En el estudio hubo un predominio de personas viudas.
Una de las razones que alegan los entrevistados es el apego a la vivienda en la que han vivido gran parte de sus vidas, irse con sus hijos conllevaría mudarse del espacio que guardan todas sus vivencias, del ambiente que tiene todas sus relaciones (familia, vecinos, amistades).
¿Y qué pasaría si la elección fuera convivir con sus familiares? “Entienden que si compartieran el hogar con familiares significarían una carga para ellos, algo que quieren evitar a toda costa. La rechazan además para no entrometerse en su vida privada, ni quebrantar su intimidad. Y temen que el transcurso diario de la convivencia acabase generando irremediablemente malestar, discusiones y conflictos”, recogen las entrevistas.
Aún cuando los retiros son bajos especialmente para las mujeres viudas, ellos tratan de una u otra manera de hacerse autosuficientes. Hacen un control exhaustivo de los gastos, lo que los lleva a ser muy austeros en el consumo de bienes y servicios, incluso básicos.
Esta puede ser una decisión bien difícil de tomar para las personas adultas mayores. Al principio la soledad pesa pero en la medida en que van creando sus rutinas de vida llegan a disfrutar de la libertad que tienen, según el estudio.
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