Cuba se lo pone difícil al periodista uruguayo Fernando Ravsberg, que vio cómo de un día para otro iba camino de convertirse en el primer inmigrante ilegal de la Isla luego de que le retiraran su acreditación como corresponsal extranjero.
Las autoridades cubanas negaron la mayor, se justificaron diciendo que no le renovaban la acreditación como periodista porque Público, el periódico español para el que trabajaba, no lo solicitó, pero ahora Le Monde Diplomatique presenta una petición de credencial para Ravsberg y le ponen pegas.
Según cuenta el propio Ravsberg en su blog, Cartas desde Cuba, el viernes pasado llegó la solicitud de Le Monde Dipolomatique al Centro de Prensa Intrenacional (CPI). La opción, entiende el periodista, encaja en el rango de exigencia de los comunistas cubanos que no quieren prensa modesta, sino "prensa importante". Pero ahora ni así.
Para poder acreditarlo quieren que los directores de Le Monde Diplomatique y El Siglo Europeo vayan personalmente a las embajadas cubanas en París y Madrid, donde ellos les explicarán cuáles son los trámites para acreditar a Fernando Ravsberg en Cuba. Una vez allí, ambos directivos deberán firmar un documento y una certificación consular.
Ravsberg se queja de que el "procedimiento es atípico". "Nunca me habían pedido que los directores hicieran esa gestión y yo tengo experiencia, estuve acreditado para Radio Nacional de Suecia, BBC, TV Azteca, Público, además de haber trabajado con permiso para la cadena Telemundo de EE.UU.", comenta el periodista uruguayo.
En su opinión, lo que quieren las autoridades cubanas es, en caso de que los directores de esos medios accedan a ir a la embajada cubana, presionarlos con la mala imagen que tienen del periodista los dirigentes castristas e intimidarlos con la posibilidad de estar a mal con el Gobierno cubano.
"En mi caso, la 'adversidad' laboral no se debe a que no me quieran dar trabajo sino al sabotaje de mis adversarios", escribió el periodista en su blog.
Fernando Ravsberg no entiende a qué se debe la oposición de las autoridades cubanas si él ha dado informaciones que, de algún modo, benefician la imagen de Cuba y el chavismo venezolano.
El periodista denuncia que no es la primera vez que le ponen pegas para acreditarlo, que ya ocurrió en otra ocasión cuando se opusieron a que él fuera corresponsal de importantes canales colombianos y hasta propusieron a un "cuñado de" para ocupar su puesto.
Después llegó la prohibición de hacer televisión en Cuba, bajo amenaza de ser expulsado de la Isla. Ravsberg, que entonces era corresponsal de la BBC, asegura que se mantuvo en sus trece y que contestó que sólo dejaría de grabar vídeos si le retiraban la credencial.
Finalmente él renunció a colaborar con la BBC y presentó la acreditación de Público. Fue entonces cuando las autoridades cubanas tardaron seis meses en concedérsela, algo que él achaca a gestiones "paralelas" y no a la eficiencia del Centro de Prensa Internacional.
El periodista cree que detrás de esta negativa están los que "odian a los periodistas pisa-callos"
Ante este panorama, el periodista no sabe qué le deparará el futuro: "Si permanezco en Cuba o me obligan a emigrar".
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