Las críticas a la telenovela cubana En fin, el mar han ido desde el machismo hasta el aburrimiento. Su puesta en Cubavisión ha finalizado esta semana dejando muy por debajo las expectativas que se crearon a su inicio, pues venía de la mano de los escritores de la gustada Salir de Noche, Eurídice Charadán y Osvaldo Huerta, y apostaba por traer a la programación estelar algo fresco y diferente.
La realidad sin embargo fue otra. Las primeras críticas comenzaron con el tema de despedida, que causó polémica en la Isla por su contenido machista y tendiente a la violencia. Ahora que concluyó, los propios medios oficialistas han tildado al audiovisual de aburrido y con problemas en los puntos de giro, los cuales marcan el ritmo general de la historia.
Con una desacertada historia de amor, a la que le faltó emoción, desarrollo y solidez en los personajes antagonistas, se diluyó la línea de cruce y conflictos entre 'héroes y villanos', espina dorsal del género telenovela y se desperdiciaron, durante su curso, dilemas de algunos personajes que pudieron haber resultado interesantes.
A pesar de tener un elenco con buenos actores, como es el caso de Enrique Molina y Obelia Blanco, fue evidente la tambaleante dirección detrás de ellos, lo que conllevó a un desaprovechamiento de actuación y desarrollo de personajes e historias, un desacierto ya recurrente en las telenovelas cubanas.
La novela, dirigida por Carmelo Rubio y que toma el mundo de los pescadores como contexto, da al traste con las mismas cuestiones de siempre: las escenas que no aportan nada, cuyo único objetivo imaginable es la extensión de la novela; los capítulos y capítulos en los que no sucede absolutamente nada contundente con la historia; el regodeo excesivo que da la sensación de estancamiento y la 'normalización' del machismo, la vulgaridad y el mal gusto, que cada vez penetran más fuerte en la sociedad cubana.
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