La Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado de Ciego de Ávila sigue sin controlar el cruce de las aguas albañales con la de consumo humano. Según recoge el diario oficialista Invasor, el año pasado se detectó la presencia de bacterias, virus y parásitos en 154 controles, de 5.000 realizados en este territorio.
La contaminación se debe a la construcción de fosas y letrinas que no respetan la distancia entre una red y otra y al "estado deplorable" de las redes que presentan salideros y éstos, a su vez, permiten la entrada de agua contaminada.
Este problema, reconoce el diario oficialista, no es exclusivo de la provincia ya que en 2012 en toda Cuba había 6 millones de hogares con letrinas o fosas sépticas y sin acceso al alcantarillado público.
En Ciego de Ávila a estas alturas aún no existe un sistema de tratamiento de aguas residuales, por lo que terminan filtrándose al manto acuífero, de donde bebe la mayoría de la población, que depende de 150 estaciones de bombeo.
Muchas de estas estaciones están ubicadas en suelo agrícola, por lo que, además, terminan contaminándose de productos químicos y fitosanitarios, lo que hace que el agua no se pueda utilizar para el consumo humano.
Actualmente hay 157 focos contaminantes de este tipo en la provincia, aunque en total son 812 los que representan "un peligro potencial". En muchos de estos casos el nivel de nitrógeno se situó con valores por encima de lo que marcan Higiene Comunal y Protección Sanitaria en Cuba.
El agua de Ciego de Ávila también peca de dureza, debido a las rocas carbonatadas y muy cálcicas, y esto es dañino para la salud porque provoca las conocidas piedras en los riñones.
Los médicos de la provicia recomiendan hervir y colar el agua de la pila antes de consumirla.
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