La Organización Mundial de la Salud, OMS, considera al maltrato a las personas mayores comos un problema de salud pero generalmente este es un fenómeno que no se conoce completamente, está infradiagnosticado.
El sistema de salud en sentido general debe tomar conciencia de esta situación, son los médicos y enfermeras que se encargan de la atención primaria los responsables de determinar cuál es la situación de cada anciano porque son ellos los que pueden entrar en las casas y saber lo que allí ocurre.
Los malos tratos a las personas mayores se definen como un acto u omisión sufrido en mayores de 65 años, en donde se vulnera su principio de autonomía o integridad física, psíquica, sexual, y económica, y generalmente se produce por las sujeciones físicas y químicas que se aplican a estos individuos.
El uso de sujeciones físicas donde se limita en alguna forma la libertad de movimiento de los adultos mayores y con las químicas se "controla" a la persona por el uso de fármacos que deprimen su comportamiento, lo que se opone a los principales objetivos de los cuidados prolongados, es decir, de lograr el máximo grado de independencia física y mental o capacidad funcional, y la mejor calidad de vida posible.
Al hacer uso de estos métodos de maltrato físico se vulneran los derechos de libertad, dignidad, autoestima y, con los químicos se produce un aumento del deterioro cognitivo, por lo que se debe promover y luchar por un uso racional y limitado de esas medidas que hoy, lamentablemente, proliferan en la atención del adulto mayor.
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