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Admitámoslo: Necesitamos entrenadores extranjeros para el béisbol

Todos fijan los males de fondo del béisbol cubano en una serie de detalles que pasan por alto la escasez de entrenadores de calibre.

La Serie se nos muere © Cubadebate/ Ladyrene Pérez
La Serie se nos muere Foto © Cubadebate/ Ladyrene Pérez

Este artículo es de hace 5 años

Aferrados desde siempre a la inflexibilidad y temerosos de que se les acuse de incapacidad y sumisión, difícilmente alguna vez los directivos del deporte cubano acepten la idea de que nuestro béisbol necesita contratar entrenadores extranjeros.

Sin embargo, el panorama actual lo exige a toda voz. La Serie Nacional pasó de mar a charca; el team Cuba perdió lustre y credibilidad; las categorías inferiores aciertan una vez y yerran veinte... Ya inclusive debemos tragarnos el buche de perder –Achtung!- con Alemania.

Ante cada fracaso, los analistas echan mano de los mismos argumentos. Es decir, se dicen cosas razonables como que el talento emigra a chorros y que en la base no hay suficientes implementos para garantizar los cambios generacionales.

Hay también quienes culpan al Período Especial (por la escasez de somatotipos adecuados), otros hacen "alardes de sabiduría" con el índice orientado hacia el cambio climático (que convierte la preparación y el juego mismo en un tormento), y los más vehementes apelan a un discurso que concentra las culpas en el mal trabajo de las altas esferas del deporte.

De todo eso hay en la viña beisbolera, ciertamente. Pero es raro que alguien detenga la mirada en la calidad del cuerpo técnico de que dispone hoy nuestra pelota.

Con total conocimiento de causa puedo asegurar que la media de los preparadores que laboran ahora mismo en Cuba carece de actualización en materia de metodología del entrenamiento. La mano de la modernidad (traducida en videos, bibliografía y softwares) no ha tocado a sus puertas, y por ende continúan utilizando muchos métodos abandonados hace rato en las cunetas de lo inútil.

En pleno siglo XXI, la mayoría de los técnicos cubanos sigue desconociendo que ya el béisbol no es la limitada despensa de intuiciones de antaño, sino un gran almacén soportado por las columnas de la ciencia y la tecnología. Para saber cuán rezagados van en la carrera, basta con ver las suspicacias que casi todos alzan contra la sabermetría.

En pleno siglo XXI, la mayoría de los técnicos cubanos sigue desconociendo que ya el béisbol no es la limitada despensa de intuiciones de antaño, sino un gran almacén soportado por las columnas de la ciencia y la tecnología

Pasa que muchos de los entrenadores más lúcidos de este país tomaron, como mismo hicieron los atletas, el camino de la emigración. Pasa que otros que acumulaban toneladas de experiencia ya murieron o decidieron retirarse. Y pasa igualmente que no pocos preparadores, en virtud de la paga precaria que obtenían mensualmente, optaron por dedicarse a actividades mejor remuneradas.

Entonces, hacen falta entrenadores de puntería. Hombres capaces, armados de conocimientos y con ganas de generar grandes cosechas. Lo terrible es que para admitirlo se requiere de humildad, ese ingrediente en vías de extinción a todas luces.

A la postre tendremos que ceder. Cuando lo hicimos con el atletismo hace unas décadas, Zabierzowski nos regaló a un esplendoroso Juantorena, y en el boxeo Chervonenko puso a Stevenson a tope. Vinieron entrenadores de distintas nacionalidades, desde peruanos hasta vietnamitas, y rindieron excelentes resultados.

Ojo: no estoy reclamando técnicos de los que más cotizan en la bolsa deportiva, porque seguramente no habrá talonario para hacer frente a sus requerimientos. Me refiero más bien a profesionales capacitados cuyos sueldos la federación cubana pueda solventar con, por ejemplo, los impuestos aplicados a los peloteros contratados en Japón.

A estas alturas, seguro algún nacionalista ciego ya estará cocinando pretextos para refutar esta propuesta, como ocurriera hace dos años cuando la lancé en un espacio de la televisión cubana. Pareciera que somos el trompo, y que acá nadie puede venir a bailar... ¡Como si en España contrataran a técnicos extranjeros porque sus especialistas no saben de fútbol!

¿Será esa una línea de pensamiento inteligente? No lo creo. Quienes así razonan no hacen más que mezclar la soberbia infantil con el complejo tropical, incapaces de ver la realidad que se levanta medio metro más allá de sus narices. Una realidad que, inevitablemente, acabará desnarizándolos.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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